Cambio climático

Perderá Iztaccíhuatl masas heladas

Hace años que el volcán Popocatépetl perdió sus glaciares, y ante los cambios del clima, científicos de la UNAM advirtieron que se extinguirán las masas heladas del volcán Iztaccíhuatl en las próximas dos décadas, como ocurrió en el año 2000 con el Popocatépetl.  leer más
Juan Carlos Machorro

Hugo Delgado, investigador del Instituto de Geofísica (IGF), explicó que para analizar el estado que guardan estas formaciones, integrantes de esta entidad han instalado estaciones meteorológicas en el Pico de Orizaba y próximamente en el propio Iztaccíhuatl.

“La desaparición de las masas heladas es preocupante porque se relaciona con procesos de desertificación. Además, juegan un papel importante como reguladores de la temperatura local. Si desaparecen, el calor empezaría a subir y se registraría la extinción de especies de flora en las montañas, así como erosión”, expuso el científico.

A pesar de que en el Popocatépetl aún se ven partes blancas en su zona más alta, ya no se conforma un glaciar. Son remanentes de un par de ellos. “No existen ni tienen movimiento, ni un régimen de acopio y pérdida. Son sólo restos de lo que ahí hubo.”

En tanto, en el Iztaccíhuatl y el Pico de Orizaba todavía los hay, pero son sumamente vulnerables, pues la tasa de acumulación de hielo es mucho menor que la de merma. “Eso es precisamente lo que se investiga, cuáles son esos índices y las razones por las que se pierden”, detalló.

La profundidad de esas estructuras puede llegar a más de mil metros en Groenlandia o la Antártida; a cientos de metros en los Alpes y los Andes, y en México no sobrepasan los 40 metros de espesor, por lo que se consideran pequeños y, por ello, vulnerables.

Además, deben tratar de sobrevivir con la poca recarga de nieve estacional. Tal es el caso de los cinco glaciares del Iztaccíhuatl y los cuatro del Pico de Orizaba. En especial, los primeros podrían perderse al encontrarse a una elevación menor que los del Pico de Orizaba.

“Si las condiciones son favorables, una masa de hielo de esas dimensiones podría regenerarse en dos décadas, pero se necesita un régimen de precipitación suficiente para reconstruirlo. Eso está lejos de ocurrir”, consideró.

Fuente: Teorema Ambiental

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