- Para 2030, los incendios extremos podrían aumentar hasta 14 %; en 2050 un 30 %, y 50 % para finales de siglo
Teorema Ambiental/Redacción
Los bosques abarcan un tercio de la superficie terrestre, son ecosistemas fundamentales para la vida en la Tierra, sin embargo, en México, en lo que va del año, se han registrado 1091 incendios forestales en 26 entidades federativas, con una superficie de 37 408 083 hectáreas, de estas, 94 por ciento corresponden a vegetación de estratos herbáceo, arbustivas y el 6 por ciento arbóreo, de acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
En el marco del Día Mundial de la Tierra, celebrado el 22 de abril de cada año, The Climate Reality Project América Latina solicita a los países implementar leyes que sancionen la deforestación y actividades extractivas, además de aumentar el financiamiento para la conservación, protección y regeneración de bosques.
Los bosques son imprescindibles para el desarrollo ecosistémico porque regulan el ciclo del agua, son hábitats de especies, plantas, animales y polinizadores, proporcionan grandes cantidades de recursos naturales, brindan alimentos y medicinas; además, reducen el riesgo de desastres climáticos, porque absorben y almacenan grandes cantidades de carbono, son una solución basada en la naturaleza que contribuye a mitigar el cambio climático.
No obstante, el cambio climático es una amenaza constante para los ecosistemas porque altera exponencialmente la temperatura en todo el mundo, arrastra a las regiones a condiciones climáticas extremas como olas de calor, disminución de lluvias, aridez del suelo y modifica el ciclo del agua, entre otros. Dichos efectos climáticos, aumentan la vulnerabilidad de los ecosistemas y los vuelve mucho más propensos a desastres naturales como los incendios que aumentan en cantidad, duración e intensidad, esto se debe a la falta de humedad en los árboles, pastizales y arbustos. Según estimaciones del Proyecto de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), para 2030 los incendios extremos podrían aumentar hasta 14 por ciento; en 2050, un 30 por ciento, y 50 por ciento para finales de siglo.
Los incendios deterioran los ecosistemas terrestres a largo plazo, debido a que su recuperación depende de factores como el tipo de vegetación, la intensidad del fuego, condiciones climáticas y la capacidad de regeneración natural de la zona afectada, eso determina si los bosques pueden restaurarse en pocos años, décadas o siglos. De acuerdo con el Foro Económico Mundial, un tercio de la capa de tierra fértil del mundo se ha degradado, aproximadamente el 32 por ciento de la superficie forestal del planeta se ha destruido y en los últimos 50 años la Amazonia ha perdido 17 por ciento de su superficie.
La buena noticia es que existen soluciones que contribuyen a la regeneración de ecosistemas terrestres como la reforestación, gestión sostenible de los recursos forestales, control de especies invasoras, programas de prevención de incendios y restauración de corredores biológicos. La Organización de las Naciones Unidas estima que 2000 millones de hectáreas de tierras degradadas en todo el mundo podrían ser potencialmente restauradas. Asimismo, es muy importante educar a la población sobre la prevención de incendios, en tanto, la respuesta inmediata de los gobiernos es clave para reducir el riesgo de deforestación y minimizar su impacto en el medioambiente.
Los bosques son aliados naturales que ayudan a disminuir la temperatura y a mitigar los efectos del cambio climático, proporcionan grandes beneficios ambientales, sociales y económicos. Estamos a tiempo de tomar acciones encaminadas a la gestión responsable de bosques y luchar por un futuro más verde para todos.
Fotografía: pxhere.com