La progresiva extensión de actividades agrícolas, deforestación, caza indiscriminada y la depredación ambiental causada por minería ilegal en el estado Bolívar (Venezuela) han mermado grandes porciones de bosques donde habita el águila arpía (Arpía harpyja) en esta nación suramericana.
Conscientes de la disminución de la población en el rapaz de mayor tamaño de América, un grupo de investigadores y ambientalistas, liderados por Pilar Alexander Blanco Márquez y Eduardo Álvarez Cordero —coordinador panamericano de Earthmatters— crearon en 1992 el “Proyecto de Conservación del águila arpía en Venezuela”, desarrollando sus actividades, en la Reserva Forestal de Imataca —estado Bolívar, localidad donde se ubica la especie en estado silvestre.
Este proyecto busca “la preservación del águila arpía, como especie de la fauna silvestre en su ambiente natural y el lograr la protección de corredores de hábitat selvático que conecten a las reservas amenazadas de aislamiento. En algunos casos ya se estima que será necesario aplicar un protocolo de manejo conservacionista, cuidadosamente formulado para incluir técnicas de propagación en cautiverio y de reintroducción para estas águilas. Pero, la mayor importancia de nuestro proyecto radica principalmente en la protección de los nidos localizados y asegurar la cooperación de las personas e instituciones más allegadas a esta situación”, explica el doctor Blanco Márquez.
En este sentido, reseñó que la labor desarrollada se basa en la localización de las parejas del águila para estudiar su anidación en Venezuela y proteger sus nidos para así evitar la extinción de esta especie catalogada por el CITES en el Apéndice No. 1, como muy amenazada.
Indicó el investigador que han colocado a más de 20 águilas, transmisores que hacen posible la actualización periódicamente de los mapas de dispersión de estas aves, logrando a su vez poder establecer territorios y hábitos de cacería específicos de estos rapaces, en aras de presentar los resultados a los gobiernos regional y nacional, para reorientar el desarrollo agrícola y urbano, así como cualquier otra actividad productiva que amenace los ecosistemas donde viven.
Asimismo acotó que en el transcurso del programa se ha logrado el rescate y la rehabilitación de algunos ejemplares enjaulados, hoy ya puestos en libertad.
“En la actualidad se adelantan los esfuerzos para incentivar a las instituciones públicas y privadas para implementar políticas que puedan prevenir la intervención de los territorios de anidación de las arpías en Venezuela”, expresó el investigador, quien recientemente estuvo en Ecuador como asesor de un programa de conservación de estas aves, al encontrarse un nido en la Amazonía ecuatoriana.
Fuente: EFE