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Venta de pescado “pirata”; práctica que afecta a especies amenazadas

Hasta 31 % del pescado estudiado corresponde a otra especie de la ofrecida y proviene de la pesca ilegal según la organización civil Oceana

José Luis Martínez

Alrededor del 31 por ciento de las variedades de pescado analizado en supermercados, pescaderías y restaurantes de las ciudades de México, Cancún y Mazatlán no corresponde a la especie que se ofrece tanto en plato como en empaque, indicó la organización civil Oceana.

El estudio registró la venta de al menos 21 especies amenazadas y casi amenazadas, de acuerdo con la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Estas muestras, que incluyen cinco especies de tiburón y varias especies de peces y anguilas, representan el 11 por ciento del total del estudio.

Dicha investigación utilizó un muestreo de 376 pescados, de los cuales la tercera parte corresponde a especies distintas, tanto en supermercados (16.5 por ciento del pescado que se vende no correspondió), así como el 36.5 por ciento en las pescaderías y 33.5 por ciento en los restaurantes.

Además, un 94 por ciento de las ocasiones que se anuncia marlín en estos lugares, es otra especie, seguido por sierra (89 %), mero (87 %), huachinango (54 %) y robalo (53 %).

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Renata Terrazas, directora de campañas de transparencia de Oceana México, señaló que el efecto económico de esta “sustitución fraudulenta” es severo, pues hasta en un 60 por ciento de las ocasiones el cambio es por una especie de menor valor y calidad. “Nos encontramos casos de atún pintado y vendido como salmón”, explicó.

Refirió que ubicaron casos dramáticos como un bagre vendido como salmón, con una diferencia de precio de 547 pesos, en favor del vendedor.

Además, explicó que más allá del efecto económico negativo al bolsillo del consumidor, también hay un efecto severo con los pescadores, pues sufren competencia desleal contra especies sumamente baratas, que hacen imposible comercializar sus productos de mejor calidad. “Por ello, ahora tienen que ir más lejos, durante más tiempo y vender a precios sumamente bajos para poder mantener su labor.”

Por su parte, Pedro Zapata, vicepresidente de Oceana México, explicó que también hay un efecto terrible para la salud del ecosistema marino, pues al vender unas especies por otras, no hay un control riguroso del estado de las diferentes especies y que además, mediante la pesca ilegal se atenta contra especies amenazadas o protegidas, que aumentan su riesgo de desaparecer.

Por ello, la organización lanzó su campaña Gato X Liebre, que sugiere tres acciones para mejorar la regulación del pescado que consumimos:

1. Reglas de mejor etiquetado para los productos del mar, que le den a los consumidores la información que necesitan.
2. Una norma obligatoria de trazabilidad en los productos del mar, que informe sobre el camino que recorren del mar a la mesa.
3. Una lista oficial de los nombres con los que está permitido llamar a las especies de peces y mariscos que consumimos en México.

Consulta el reporte completo en www.gatoxliebre.org

Estos son algunos consejos para evitar ser defraudado por pescado “pirata”:

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