Los 30 activistas y periodistas de Greenpeace, detenidos en septiembre pasado en Rusia, fueron trasladados ayer desde la prisión del puerto ártico de Murmansk a una cárcel en San Petersburgo, informó el Comité de Investigación ruso.
“Se ha decidido trasladar a todos los imputados a centros de prisión preventiva en San Petersburgo”, informó el comité en un comunicado divulgado por las agencias rusas de noticias.
Explicó que la decisión fue adoptada porque los delitos que se les imputan a los detenidos no entran en la jurisdicción del tribunal de Murmansk.
Una fuente del Servicio Federal Penitenciario de Rusia declaró a la agencia RIA-Novosti que los detenidos salieron esta mañana a bordo de un tren rumbo a San Petersburgo, la segunda ciudad más importante de Rusia, situada a unos mil kilómetros al sur de Murmansk.
El Comité de Investigación de Rusia rebajó de “piratería” a “vandalismo” los cargos contra los 28 activistas de Greenpeace, más un camarógrafo y un fotógrafo independientes que viajaban en el “Arctic Sunrise”, que fue detenido por guardacostas rusos.
De esta manera, se enfrentan a una pena de hasta siete años de cárcel, mientras que el cargo de piratería es castigado con 15 años.
Antecedentes
El pasado 19 de septiembre, un grupo de activistas de Greenpeace, a bordo del “Arctic Sunrise”, se acercó a la plataforma de Gazprom e intentó escalarla para protestar por la perforación de pozos petrolíferos en el Ártico y crear conciencia sobre los riesgos para el medio ambiente.
Más tarde, la embarcación —con 30 activistas de 18 nacionalidades, incluidos cuatro rusos— fue detenida por guardacostas rusos y remolcada a la bahía de Kolonga, en el puerto ruso de Murmansk, para comparecer ante la justicia.
Los activistas proceden de Argentina, Australia, Brasil, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Holanda, Italia, Nueva Zelanda, Polonia, Reino Unido, República Checa, Rusia, Suecia, Turquía y Ucrania.
Con información de agencias
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