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¿Por qué México vive con obesidad infantil?

Además de políticas económicas, falta desarrollar temas de nutrición, hábitos y elecciones de alimentación a la población escolar y padres de familia

obesidad-infantilCon base en revisiones estadísticas e investigación documental, la doctora en estudios del desarrollo en la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), Cristina Almeida Perales, determinó los factores sociales involucrados en el sobrepeso y obesidad, donde destacan elementos de carácter social, políticos y económicos, es decir, los hábitos de nutrición y su relación con la distribución de los alimentos.

Almeida Perales encontró que la malnutrición y la manera en que se reproducen y distribuyen los alimentos en el ámbito mundial tienen una repercusión directa en México, situación que se desencadenó a partir de la crisis de 1982, cuando México comenzó a adoptar las políticas del modelo neoliberal capitalista y después con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

“Al ser la agricultura una actividad estratégica y México un fuerte productor de granos básicos como maíz y frijol, con estas políticas de ajuste estructural, se impuso una disminución importante de esta producción para impulsar el cultivo de otros alimentos no tradicionales para su importación, pues había que seguir el paradigma de las ventajas comparativas, que sostiene la preferencia de comprar mercancías que resulten más económicas para el país, que el costo de producirlas localmente.”

Señaló que actualmente la cantidad de supermercados y tiendas de conveniencia se mantiene al alza y prácticamente lideran las ventas del mercado en detalle en alimentos.

Además, en función del plato del buen comer, más de 50 por ciento de los niños consume leguminosas por debajo de lo recomendado, al igual que en el caso de frutas y verduras, “¿qué es lo que están consumiendo en su lugar? Azúcares y cereales, principalmente. Luego tenemos los productos de origen animal y lácteos. Esta es una dieta occidentalizada y estadounidense que está adoptando México en sus patrones de consumo”.

La doctora Cristina Almeida expuso que las encuestas no indicaron distinción de sobrepeso y obesidad entre las escuelas públicas y privadas. La diferencia es que en las escuelas privadas tienen un mayor consumo de productos de origen animal y lácteos, mientras que en las escuelas públicas comen mayormente cereales.

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