Refiere a la enfermedad del hombre que se retuerce de dolor y ataca de una forma similar a la fiebre amarilla o el dengue
México, D. F.— Distintos fenómenos naturales como la subtropicalización y la adaptación de los mosquitos portadores del chikunguña (CHIKV) a distintas alturas pueden favorecer la propagación de este virus que recientemente ha activado las alertas de los protocolos de salubridad en el mundo.
Mientras el cambio climático ha generado un aumento de calor y una propagación de la época de lluvia dentro del fenómeno de la subtropicalización, la intensa movilización de poblaciones y la gradual adaptación de los mosquitos portadores a distintas alturas pueden favorecer la diseminación del virus, advirtió Blanca Ruiz Ordaz, del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm) de la UNAM.
A pesar de que la altura límite de los mosquitos transmisores —Aedes aegypti y Aedes albopictus— es de mil metros sobre el nivel del mar, se han encontrado en zonas donde la altitud está por encima de los cinco mil 500 metros.
Chikunguña, cuyo significado en idioma makonde, propio de las tribus de Tanzania, refiere a la enfermedad del hombre que se retuerce de dolor, ataca de una forma similar a la fiebre amarilla o el dengue, con los síntomas adicionales de fuertes dolores articulares y musculares además de náuseas y erupciones cutáneas.
Aunque hasta el momento no se han detectado casos en la ciudad de México, la Secretaría de Salud tiene datos de personas con antecedentes de haber estado en zonas donde circula CHIKV. Ante este escenario la especialista afirma que es cuestión de tiempo para que se conjunten factores climáticos, epidemiológicos (presencia del vector) y de movilidad de población para que este virus nos alcance.
¿Cómo se transmite?
Cuando un mosquito hembra se alimenta de la sangre de una persona infectada, el insecto adquiere al CHIKV. Una vez que el virus ha evadido las defensas del vector, éste se replica en el intestino medio para después amplificarse en las glándulas salivales. Para el desarrollo de sus huevecillos necesitan proteína de calidad presente en la sangre humana.
Ruiz Ordaz y su equipo encontraron que para mantenerse en la naturaleza, el virus del dengue (DENV), transmitido por los mismos vectores que el CHIKV, aprovecha características similares en la estructura de algunas moléculas receptoras existentes tanto en la superficie de los tejidos del mosco como en las células de una persona.
Los mosquitos portadores, tan odiosos como su etimología
Los Aedes (odioso en griego) aegypti y albopictus son mosquitos que pueden portar el dengue, el chikunguña, el virus de la fiebre amarilla, entre otras 20 enfermedades más.
Estos grandes portadores de virus pueden picar de 80 a 100 veces en cada alimentación, viven en la naturaleza de tres a cuatro semanas y una vez infectados transmiten el patógeno por el resto de su vida; de ahí, la importancia de evitar su picadura. Además, sus huevecillos son altamente resistentes a la desecación, pues son capaces de sobrevivir hasta un año sin agua.
En un periodo de entre cuatro y siete días posteriores a la infección, las personas infectadas presentan fiebre mayor a 39 grados; dolor óseo, muscular y articular intenso, erupciones en la piel y conjuntivitis, entre otros síntomas.
Una de las características que más llama la atención es la cronicidad en varios casos, es decir, el dolor muscular persiste después de varios meses. La causa es multifactorial; el virus puede evadir la respuesta inmune y permanecer por un tiempo prolongado, pero también la sintomatología se complica si hay alguna condición previa, como una enfermedad crónica degenerativa, defensas bajas o embarazo.
Cómo prevenirse ante el chikunguña
Al respecto, Ruiz Ordaz mencionó algunas medidas elementales para prevenir la picadura del mosquito como: evitar criaderos (cualquier receptáculo con agua estancada), usar Abate (larvicida) en estanques de agua, colocar mosquiteros en puertas y ventanas, vestir ropa con manga larga, así como aplicar repelente al amanecer y en el crepúsculo, pues los insectos se alimentan preferencialmente en ausencia de luz.
Mientras, las investigaciones continúan para identificar diferentes receptores en los mosquitos portadores con el objetivo de desarrollar nuevas estrategias para bloquear estas moléculas y evitar el tráfico de distintos patógenos. Asimismo, la producción de vacunas y terapias dirigidas contra los componentes de la saliva de artrópodos para interferir la transmisión viral continúan siendo un tema de transcendencia mundial que requiere ser difundido.
