Sostenibilidad

Problemática de la arquitectura sustentable: no es económica sino cultural

No existe una conciencia plena de las contribuciones que la arquitectura puede hacer al medio ambiente: expertos   leer más

Optar por una arquitectura sustentable, que entre otras cosas maximice el aprovechamiento de la energía solar, agua y viento, debe considerarse no como una opción de futuro, sino como una necesidad del presente al momento de diseñar y construir nuevos desarrollos habitacionales y de trabajo en el país.

Sin embargo, México está muy rezagado en cuanto a políticas públicas, leyes y acciones sociales congruentes y con la idea de que también, desde la arquitectura, se puede contribuir a restablecer el equilibrio con el ecosistema y poner freno al impacto del cambio climático, el reto más importante que enfrenta la humanidad en el presente siglo.

En lo anterior coincidieron arquitectos, ingenieros y especialistas en materiales reciclables convocados por El Universal en un encuentro que se realizó en sus instalaciones, con la participación de miembros del área editorial.

A la reunión acudieron profesionistas comprometidos con una visión de sustentabilidad no sólo al momento de planificar, diseñar y construir nuevos asentamientos, sino también con la necesidad de replantear conceptos como la modernización, el progreso y crecimiento de las ciudades a partir de la protección del medio ambiente, pues saben que el problema de la liberación de dióxido de carbono y otros gases que contribuyen al efecto invernadero puede combatirse si se reduce el uso de combustibles fósiles en nuestra vida diaria —como el petróleo, carbón y gas—, y en su lugar aprovechamos la energía no renovable, como la del Sol, agua y viento.

Ellos fueron el ingeniero César Ulises Treviño, presidente fundador del Consejo Mexicano de Edificación Sustentable AC; el arquitecto Armando Deffís Caso, fundador (en 1986) de la Sociedad de Arquitectos Ecologistas de México, y el doctor en arquitectura Hermilo Salas Espíndola, responsable del campo de Conocimiento en Economía, Política y Ambiente en los programas de maestría y doctorado en arquitectura y urbanismo, en la UNAM.

También participaron los arquitectos Ernesto Gómez Gallardo, coordinador técnico del Infonavit; Rolando Dada Lemus, quien diseñó el Museo de Sitio de Xochicalco, Morelos (recinto creado con ecotecnología); José Grieberg, profesor de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Anáhuac, y Desireé Martínez, presidenta de la Sociedad de Arquitectos Paisajistas de México AC, además del ingeniero Mariano Núñez, director de Tabiques y Estructuras Reciclables SA de CV.

Los especialistas aportaron datos y cifras del escenario actual: mientras en Estados Unidos los edificios devoran 50 por ciento del consumo de energía eléctrica de una ciudad, en México la cifra llegó a 25 por ciento y sigue en aumento.

A pesar de que en la República Mexicana existen algunos inmuebles pensados para captar el agua de lluvia y reciclarla en los servicios sanitarios, aprovechar la luz solar y así disminuir el consumo de energía eléctrica, o que gracias a su diseño no utilizan sistemas de calefacción y enfriamiento, en el país no existe una conciencia plena de las contribuciones que la arquitectura puede hacer al medio ambiente.

Por ejemplo, señala Hermilo Salas, son pocas las escuelas de arquitectura que tienen maestrías o doctorados enfocados en el diseño sustentable. “México actualmente sigue el modelo económico de la globalización, en el cual los arquitectos piensan que por el mero hecho de usar tecnología están creando edificios de inteligencia artificial, pero eso sólo es un intento, la verdadera sustentabilidad se encuentra en la integración de una multiplicidad de disciplinas.”

Y agrega: “No podemos seguir viendo al planeta enfocándonos sólo en el desarrollo científico, sino hay que cambiar la percepción, porque lo que la gente ve y siente no se da en relación con la tecnología, sino con la calidad de vida, y la realidad es que esta última se está perdiendo. Lo que tenemos que hacer es transformar los conceptos de supervivencia y fomentar una nueva concepción de habitar en esta ciudad.”

Para César Ulises Treviño, estamos en una etapa inicial en donde la semilla la están poniendo unos cuantos, pero es necesario que los inversionistas conozcan cómo pueden participar en el cambio y llevar la edificación a una mayor responsabilidad con el medio ambiente.

“Es necesario y urgente ir más allá de la vivienda ecológica, que incluía únicamente un colector solar y focos ahorradores, para pensar en lugares que sean autosuficientes en lo que a energía se refiere. La traducción de edificación o arquitectura sustentable se convertirá en aquel edificio o casa que no solamente en su construcción, sino que en los materiales que utiliza, sea de impacto neutro o positivo con el medio ambiente.”

La paradoja es que, a pesar de que en México existen reglamentos y estímulos fiscales para que las construcciones reúnan ciertos requisitos de protección al medio ambiente, éstos no se aplican por falta de conciencia por el interés económico de los desarrolladores.

Existen algunos esfuerzos emergentes para la creación de viviendas populares con características sustentables. Uno de ellos es el de la firma constructora Urbi, cuyos directivos anunciaron que participarán en la primera ciudad que será edificada con criterios sustentables en Tijuana, Baja California.

En tanto, el Instituto del Fondo Nacional para la Vivienda de los Trabajadores (Infonavit) dará a conocer oficialmente en un par de meses su proyecto de hipotecas verdes, que implican la posibilidad de financiar —a largo plazo dentro del monto de la hipoteca— elementos de sustentabilidad que signifiquen ahorros muy concretos en energía, gas y agua, explicó el arquitecto Gómez Gallardo.

“El desarrollador tendría que entregar elementos integrados a su proyecto, como un calentador solar; aislamiento térmico tanto en muros, techos y ventanas; lámparas ahorradoras de energía, y ahorradores de agua con válvulas en el sanitario y en la regadera. La condición para que la hipoteca sea otorgada es que estos ahorros sean reales, dictaminados por la Comisión Nacional de Ahorro de Energía.”

Pero si bien esto se refiere a las viviendas nuevas, algunos especialistas señalaron que en los inmuebles ya construidos también se hacen muchas cosas en favor del medio ambiente.

En México hay ciudadanos que se preocupan por la protección ambiental por medio del reciclaje de latas o de separar la basura inorgánica y la orgánica, pero otros han comenzado a implementar en sus casas las azoteas verdes, las cuales, además de reducir los gastos de mantenimiento de los techos, tienen la ventaja de que se pueden cultivar algunas hortalizas para el autoconsumo.

La sustentabilidad, opinó el arquitecto Rolando Dada, no es un problema económico, sino humano y cultural.

“El diseño sustentable viene desde los pueblos nómadas, de gente que sabía cómo utilizar los recursos. Hay sabiduría ancestral que podemos aplicar a nuestras casas, sin usar esa tecnología que nos venden los magos y las empresas; se trata de cosas sencillas como perforar un agujero en la parte más alta del techo, o tener accesos de aire frío por la parte más baja. Hacer algo por el medio ambiente es obligación de todos.”

Fuente: El Universal

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