Sostenibilidad

El corcho y los bosques

En la región del mediterráneo, el aprovechamiento sustentable del corcho ha permitido la permanencia de amplias reservas verdes
César Angulo

Si usted compra una botella de vino con tapón sintético que imita al corcho no sólo faltaría el respeto a la tradición vitivinícola. Tal vez esté condenando a la muerte a los bosques de alcornoques de la región del mediterráneo.

El uso masivo y creciente del corcho sintético en la industria del vino es un cambio que creen podría causar una crisis ambiental y económica en varias partes de la región mediterránea, donde se produce cerca de 99 por ciento del corcho del mundo, que ha sido cosechando durante casi dos siglos de una manera ambientalmente sostenible.

Los bosques de este árbol rugoso y amplio tronco generan cada año una gruesa corteza (el corcho) que es cultivada de la misma manera en que se le corta la lana a una oveja. Este método ha permitido la permanencia de grandes extensiones de alcornoque, que protegen a su vez a flora y fauna asociada a los ecosistemas mediterráneos.

Más de 80 por ciento de la producción de corcho mundial es utilizada para cerrar botellas de vino, el resto para artículos varios que van desde la construcción, decoración y objetos personales.

De acuerdo con el reporte de sustentabilidad emitido por la empresa portuguesa Amorin, dedicada a la producción de corcho, los bosques de alcornoques y los productos resultantes fabricados con corcho natural desempeñan un papel positivo y probado en el desarrollo sostenible.

De acuerdo con su reporte avalado por el Fondo Mundial para la Vida Silvestre (WWF), las capacidades de retención de dióxido de carbono (CO2) de los bosques de alcornoques de Portugal pueden llegar a alcanzar 5 por ciento de las emisiones anuales del país, o sea, 4.8 millones de toneladas al año.

Se cita que la industria del corcho también apoya indirectamente la agricultura local ya que los campesinos pastan ganado en los bosques de alcornoques, a la vez que también recogen las frutas y la miel que se utilizan como producto local. La pérdida de los bosques del corcho rompería esta economía y podría conducir fácilmente a la desertificación, dice el informe.

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