Legislación Ambiental

Presionan precios al productor con importaciones

Las grandes cadenas comerciales aprovechan los bajos precios de productos cárnicos importados que son subsidiados o no tienen demanda en sus mercados de origen para presionar a la baja aquellos que ofrecen a los productores nacionales, además de imponer políticas de compra, oferta y plazos de pago.

Este fenómeno adquiere relevancia si consideramos que por medio de esos consorcios se comercializa 30 por ciento del consumo nacional de carne de bovino.

La Ley Federal de Competencia Económica (LFCE) debe considerar este fenómeno comercial, dándole atribuciones a la dependencia encargada de su aplicación, vigilancia, investigación y aplicación de posibles sanciones.
Tales reflexiones surgieron en la exposición de Oswaldo Cházaro Montalvo, presidente de la Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas (CNOG), durante el foro La competencia económica del sector agropecuario en el ámbito del libre comercio, realizado en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En materia de prácticas comerciales desleales —subrayó— debe ser revisada la legislación de Comercio Exterior y Competencia Económica a fin de subsanar las lagunas existentes y proteger la producción nacional del comercio de monopolios en los países socios, así como de la comercialización de productos y subproductos a precios residuales.

Las reformas a la legislación deberán complementar las disposiciones en materia de comercio internacional buscando subsanar los vacíos que corresponden a la materia dumping y subvenciones.

Además, la ley debe considerar a los productores como susceptibles de sufrir daños por las prácticas monopólicas, brindándoles la oportunidad de la defensa e imposición de medidas correctivas.

. .En su argumentación, el presidente de la CNOG destacó que con la apertura comercial una práctica cotidiana es la confrontación en el mercado con grandes empresas transnacionales, las cuales además hacen uso de subsidios a la producción y exportación, como es el caso de Estados Unidos en el marco de la Farm Hill o la Política Común de la Unión Europea.

Oswaldo Cházaro dijo que si bien el objeto de la LFCE debe ser la protección del consumidor, “consideramos que en congruencia con las políticas públicas que promueven y fomentan la integración de las cadenas de producción, la ley debe considerar las prácticas monopólicas que lesionan a los productores”.

Así como en el artículo séptimo se establece la fijación de precios máximos en la venta de bienes y servicios cuando no existan condiciones de competencia, debe existir la posibilidad de establecer precios mínimos de compra al productor en condiciones de mercados distorsionados por estructuras monopólicas nacionales o internacionales.

El dirigente ganadero consideró necesario analizar y proponer reformas al marco legal a la luz de la realidad comercial y de competencia que caracteriza a los mercados abiertos al comercio internacional y principalmente con socios comerciales con una alta concentración productiva comercial y las vinculaciones que puedan estarse dando entre exportador e importador.

También es necesario emprender, de manera conjunta con la Comisión Federal de Competencia y las organizaciones de productores, un programa de acercamiento con los productores con el fin de informar sobre la naturaleza de la ley, procedimientos y requisitos a seguir en el caso de una solicitud de investigación.

Con la apertura —manifestó Cházaro— se ha generalizado el fenómeno de que mientras los precios de venta corresponden a estándares internacionales, los costos de producción son nacionales, ante lo cual los productores debemos innovar cambios en los métodos de producción a fin de ser más competitivos.

Importaciones crecientes

• Las importaciones de animales vivos, cárnicos, productos y subproductos en 1994 significaron 1,900 millones de dólares. Al año siguiente disminuyeron a consecuencia de la devaluación a 1,140 millones.

• En el periodo 1995-2005 el valor de las compras mexicanas al exterior aumentó 218 por ciento. En contraste, el valor de las exportaciones pasó de 628 millones a 857 en 2004, es decir, el crecimiento sólo fue de 36 por ciento.

• En el mismo ciclo las importaciones avícolas aumentaron 794 por ciento, las porcícolas 541 por ciento, las equinas 343 por ciento, las bovinas 270 por ciento, las de lácteos 150 por ciento y las avícolas 112 por ciento.

• Las compras de carne de bovino pasaron de 223 a 715 millones de dólares en el mismo periodo. De éstas en 2004 el 99.7 por ciento fueron cortes deshuesados de espaldilla, pecho y pierna, que son las presentaciones menos demandadas y de más bajo valor.

• Las importaciones de carne de cerdo pasaron de 35 millones de dólares a más de 543 millones, de las cuales 65 por ciento corresponde a piernas y paletas, cortes que tienen un bajo nivel comercial.

• Las exportaciones avícolas crecieron 754 por ciento, los lácteos 255 por ciento y las porcícolas 276 por ciento.

• En el sector lácteo las importaciones de preparaciones alimenticias pasaron de 9.7 millones de dólares en 1993 a más de 250 millones en 2004, y su volumen equivale a 1,119 millones de litros de leche fluida, desplazando un volumen equivalente de producción nacional.

Oligopolio porcícola estadounidense

En Estados Unidos cuatro empresas de empaque de carne de puerco participan con 59 por ciento del mercado americano y cinco empresas absorben 56 por ciento de la producción porcícola, una “concentración brutal” que origina un mercado oligopólico, indicó Andrés Rosenzweig, consultor de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

Al ser un mecanismo tan concentrado no hay un esquema claro para la fijación de los precios en Estados Unidos y tampoco para aquéllos de exportación hacia México.

La estructura oligopólica da lugar a una formación de precios “muy oscura” y que fácilmente se puede esconder en caso de dumping. Esto es más cierto aun si hablamos de los subproductos, donde la referencia de precios son menos claras todavía, anotó el especialista.

Escenario ganadero

• La actividad ganadera en el censo agropecuario de 1991 registró más de un millón 300 mil explotaciones y hoy se estiman 800 mil, de las cuales un tercio son de menos de 10 vacas.

• El principal producto de venta de los ganaderos son los becerros, que pueden ser destinados a la exportación, los corrales de engorda intensiva o los finalizados por los propios ganaderos.

• El esquema de compraventa de ganado va desde el trato directo con el acopiador, con el productor, hasta esquemas de subasta en las cuales las organizaciones ganaderas prestan un servicio de preparación y clasificación del ganado.

• El número de corrales de engorda es de 350, además de las instalaciones de finalización en las explotaciones ganaderas o en las instalaciones de las organizaciones regionales.

• Los rastros Tipo Inspección Federal (TIF) suman 57 y algunos son propiedad de ganaderos bajo esquemas cooperativos, además de los más de 1,500 rastros municipales que prestan el servicio de sacrificio de ganado.


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