Frente a las críticas mundiales contra la Ley Agrícola de Estados Unidos y ante la apertura del sector agropecuario en el marco del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en 2003, que genera expectativas negativas para los agricultores mexicanos, el subsecretario de Agricultura de Estados Unidos, J. B. Peen, subrayó que no habrá concesiones o modificaciones al convenio comercial con México, puesto que el gobierno estadounidense no ha violado este acuerdo.
En teleconferencia de prensa transmitida en la embajada de ese país en México, aseguró que la apertura no tendrá repercusiones en los precios de los productos y tampoco afectará a los productores mexicanos ni de otros países. En este contexto, ofreció cooperación al gobierno mexicano.
Reconoció las desventajas que presenta México en este sector ante la eliminación completa de las barreras arancelarias, y confió en que las existentes en términos de competitividad se resuelvan pronto. Asimismo aseveró: “Nos hubiera gustado que en administraciones pasadas del gobierno mexicano se realizara un ajuste estructural al campo y así estuvieran preparados para el 1 de enero de 2003.”
El subsecretario señaló que tanto en México como en el mundo las críticas a sus programas agrícolas son muy fuertes y que no tienen fundamento puesto que los planes de apoyo a los productores en la Unión Europea y Japón son mucho más agresivos, y concluyó: “estamos dispuestos a modificar nuestros programas si los demás lo hacen, nosotros pensamos ser líderes fuertes en la negociación”.
La Ley de Seguridad e Inversión Rural 2002 del gobierno estadounidense incluye diversos programas para apoyos a los agricultores, entre los que destacan el alimenticio, de nutrición y hasta uno de energía, y establece que existen apoyos para los agricultores en caso de la caída del mercado en un producto, así también cuentan con programas para restablecer las tasas de préstamo y planes de trabajo como investigación y protección de plantas.
