Legislación Ambiental

La salud mental en el Ejército

Javier Ibarrola

Colaboración especial

En cualquier estudio primario sobre salud mental se puede afirmar que ésta no es ajena a la influencia de los ámbitos que intervienen en el desarrollo de la personalidad, como son la familia, la escuela, el trabajo y la sociedad en general.

En cualquier estudio primario sobre salud mental se puede afirmar que ésta no es ajena a la influencia de los ámbitos que intervienen en el desarrollo de la personalidad, como son la familia, la escuela, el trabajo y la sociedad en general.

Así también se considera que las causas de desequilibrio mental están ligadas a la constitución del individuo, sus conflictos intrasíquicos y el medio ambiente. De ahí que la salud mental individual y colectiva representa un gran desafío hacia el cual se deben enfocar todos los recursos posibles, pues de no hacerse así, el trastorno individual y social podría seguir extendiéndose en cuanto a número y gravedad, considerando además que, sin llegar a dichos padecimientos, hay un gran número de personas con desajustes emocionales que no sólo inciden en su infelicidad, sino que interfieren con la felicidad de quienes le rodean, originan disturbios en el trabajo y llevan una vida angustiada o triste que podrían transformarse si hubiera salud mental.

Estudios realizados por especialistas militares en la materia, consideran que las fuerzas armadas se integran con elementos de la colectividad y que a pesar de los sistemas de selección que se tienen, “no pueden estar inmunes a este tipo de problemas, tomando en cuenta que también están sujetos a un sinnúmero de presiones y estímulos ansiógenos propios de la vida militar; condiciones que se agravan en tiempos de guerra, en donde se vive una situación de permanente tensión que exigen del soldado una estructura firme de personalidad para resistir el estrés del combate y la amenaza de destrucción”.

Por ello, en el Ejército Mexicano se pone especial atención en las acciones para reforzar el aspecto preventivo, dado que el tratamiento de los padecimientos mentales requiere de un tiempo de encame prolongado que eleva mucho su costo y la atención de un reducido número de enfermos.

“La experiencia mundial ha demostrado que el aspecto emocional es decisivo en el comportamiento de las tropas ante un conflicto armado, son numerosos los casos en los que condiciones inadecuadas de salud o la aparición de pánico entre los combatientes, fueron la causa de fracasos que pudieron haberse prevenido.”

De ahí que el alto mando militar mexicano se ocupa permanentemente de la buena marcha de programas dirigidos a preservar la salud mental del militar y sus derechohabientes, “mismos que tienen como objetivos principales el disminuir la incidencia de trastornos mentales en primer término, y el de contar con material humano eficiente para desempeñar las misiones que demanda el servicio de las armas”.

Uno de los programas de mayor atención es el de la selección psicológica para ingresar a los planteles del Sistema Educativo Militar, cuyo objetivo es seleccionar a aquellos elementos que cuenten con las características intelectuales y de personalidad que les permitan una mayor posibilidad de adaptación a la vida militar.

De la misma forma se atiende con especial interés la terapia familiar y apoyo emocional a las familias de los militares ubicados en situaciones críticas, así como el progreso de consejería familiar y apoyo emocional a las tropas designadas en misiones de alto riesgo, que permanecen alejadas de su familia por largos periodos de tiempo.

De acuerdo con los especialistas militares, la intensa labor sobre la salud mental tiene entre sus resultados que la morbilidad por trastornos mentales entre los miembros de las fuerzas armadas en México, es comparativamente menor que en la población en general.

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