Legislación Ambiental

El energético del futuro

Debido a su composición y sus características, el gas natural es diferente del gas manufacturado, el cual se elabora a partir de la destilación de hulla.

Este fluido se extrae del subsuelo, después de que la naturaleza lo formó durante millones de años, lo mismo que el petróleo. Por lo tanto, es una energía fósil proveniente directamente de yacimientos naturales, de donde toma su nombre.

Al igual que cualquier hidrocarburo, el gas natural es inflamable. Su poder calorífico es elevado. La misma cantidad de gas natural provee tres veces más calor que el gas manufacturado.

El gas natural está compuesto de metano y no es tóxico, al contrario del gas manufacturado, que no contiene monóxido de carbono. Su combustión realizada en condiciones normales es inofensiva: produce esencialmente dióxido de carbono y vapor de agua, como la respiración humana, que se retransforma en oxígeno para las plantas.

Por provenir de la naturaleza, el gas natural es una energía poco contaminante. Gasoductos y canalizaciones recorren kilómetros bajo tierra. La naturaleza se preserva y el agua de yacimientos naturales no se contamina.

La combustión del gas natural no produce ni basuras, ni hollín, ni humo negro. Forma poco óxido de azufre, el cual es causante de la lluvia negra. Emite poco óxido de nitrógeno, y menos dióxido de carbono (principal responsable del aumento del efecto de invernadero) que el carbón y el petróleo, por cantidad de energía producida equivalente.

El gas natural no es peligroso si es bien utilizado. Los accidentes se producen por equipos defectuosos, por mal mantenimiento de aparatos o por no respetar el reglamento. La explosión sólo puede darse en caso de fuga en un lugar cerrado donde la masa de gas acumulado se combine con oxígeno de aire bajo condiciones precisas y que esta mezcla entre en contacto con una chispa o flama.

Así, el gas natural ofrece ventajas excepcionales además de tener diversas aplicaciones en los sectores residencial, industrial y comercial.

Todo esto lo convierte en una verdadera e incuestionable opción para solucionar en lo futuro los problemas energéticos del planeta.

Hoy en día, Gaz de France es uno de los primeros especialistas mundiales de gas natural. Ha adquirido una experiencia reconocida en toda la cadena del gas y es uno de los líderes en las tecnologías del gas natural licuado, de almacenamiento y la distribución.

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