Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) le apuesta al “efecto dominó”, pero por supuesto desde el punto de vista virtuoso. Es decir, cuando en un área un problema es abordado y atendido de una manera correcta, esta acción repercute en otros departamentos e incluso en otras dependencias y las contrariedades se resuelven con mayor facilidad.
En materia ambiental, no sólo se trata de cumplir con las normas, sino que es más importante modificar de raíz las prácticas laborales para mejorar el desempeño en dicho sector. Antes de 1997 no había una cultura de cuidado ambiental, pero gracias a la necesidad de realizar auditorías ambientales por parte de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), la conciencia ha cambiado para bien.
La puesta en marcha del Programa Nacional de Auditorías Ambientales Voluntarias ha permitido que las industrias más contaminantes “entren al aro” y hoy en día son muchas las que revisan y modifican sus procesos productivos. Dentro de este contexto, ASA participa en dichas revisiones y esto ha obligado a partir prácticamente de cero. El hábito ambiental fue institucionalizado y también en parte presionado por la desincorporación de 35 aeropuertos.
La Gerencia de Estudios de Ecología en Aeropuertos de la Dirección General Adjunta de Nuevos Proyectos de ASA, comentó a Teorema Ambiental que una auditoría es muy positiva porque obliga a la empresa a tomar conciencia por sí misma y a revisar todos los equipos y procesos involucrados en su operación.
Cumplir con el ISO 14001
El cumplimiento con la serie de normas ISO permite poner en marcha sistemas de gestión de calidad con consecuencias positivas para un gran número de organizaciones. ASA no podría ser la excepción. Su participación en el cumplimiento de las normas ha contribuido a la prosperidad y al mejoramiento de los individuos y de la organización.
Los auditores, quienes han sido certificados por las autoridades gubernamentales y que obtienen reconocimientos internacionales, se involucran con la empresa impulsando una cultura de calidad, de seguridad y de cuidado y protección del medio ambiente, proporcionando información actualizada.
Las auditorías ambientales voluntarias han permitido mejorar el acercamiento con los usuarios, se ha logrado poner mayor atención al enfoque de procesos, a la mejora continua, mejorar la administración de los recursos de gestión, incluyendo por supuesto el recurso humano y una posibilidad de autoevaluación.
Todo lo anterior ha permitido también que ASA ponga las reglas del juego sobre empresas y comercios que operan dentro del aeropuerto, pero cuya administración es independiente. Así, por ejemplo, hangares y comercios que no son operados por ASA tienen que cumplir con la normatividad, revisando y cambiando si es necesario la administración de sus almacenes o bodegas, modernizando sus sistemas eléctricos y sus talleres mecánicos, así como sus bases de mantenimiento.
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