Una investigación sobre derechos humanos, naturaleza y pobreza, encabezada por el mexicano Pablo Alarcón-Chaires, especialista del Centro de Investigaciones en Ecosistemas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) campus Morelia, recibirá apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés).
Ese estudio durará un año y prevé profundizar en el análisis de las decisiones relacionadas con la conservación del ambiente.
Se prevé que contribuya a la integración de las poblaciones indígenas dentro de los esquemas oficiales, no sólo como actores sujetos a una participación pasiva y consultiva, sino imbuidos en la toma de decisiones. El especialista dijo que desde el punto de vista académico este apoyo de la UNESCO le permitirá tratar un punto candente dentro de la conservación de la naturaleza.
De esta manera, se podrá dimensionar tanto el papel de las poblaciones locales en esa tarea ecológica, como de las consecuencias que sobre ellas recaen por malas decisiones de Estado.
La UNESCO aprobó 12 propuestas de países como Argentina, Brasil, Panamá, Perú, Colombia, Chile y Suecia, entre otros, y otorgó la única beca en México a Alarcón-Chaires.
En un comunicado, el experto explicó que este estudio de caso trata de elucidar cómo desacatan las garantías de las poblaciones locales, concretamente de los indígenas, en contacto con las áreas naturales protegidas.
«La pobreza es una expresión de estas violaciones y de ninguna manera está justificada su existencia en territorios ricos en diversidad biológica, pero contradictoriamente carentes desde el punto de vista social», apuntó.
Lo relevante de esa investigación es que en la práctica es común encontrar un divorcio entre los intereses ambientales y los relacionados con el desarrollo comunitario. Por lo general, la protección del hábitat excluye o minimiza la importancia de los conjuntos humanos locales en la conservación de la naturaleza.
El científico expuso que cuando se habla de conservación, se priorizan las especies biológicas sobre las «culturales», y se olvida que la supervivencia de la biodiversidad en territorios autóctonos no es azarosa, sino producto de una particular manera de relacionarse con su entorno.
Explicó que los enfoques poco acertados dentro de las áreas protegidas aplican principios excluyentes bajo una lógica conservacionista, y tratan de eliminar la presencia humana, lo que ha causado más problemas de los que resuelve.
Fuente: Notimex
