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Nuestra huella en el mundo

La huella ecológica es un indicador de los efectos que genera el consumo de bienes, la expansión urbana y la producción de alimentos y combustibles por parte de la humanidad en el medio ambiente. Los recursos naturales de nuestro planeta se están agotando y el actual modelo de consumo avanza más rápido que la capacidad de la tierra para recuperarse. De hecho, si en todo el mundo se mantuvieran los niveles de vida de países como Estados Unidos y Canadá, se necesitarían más de dos planetas para proveer los recursos naturales que exige este alto nivel de consumo/producción.

En esta edición le invitamos a reflexionar sobre nuestro modo de vida y los efectos que éste causa en el medio ambiente. El tamaño de nuestra huella depende de nuestras costumbres alimenticias, la manera en que viajamos de un lugar a otro, y los recursos y energía que usamos. Una de las opciones para reducir nuestra huella ecológica es la permacultura, una nueva tendencia que crece en el mundo y que promueve una relación armónica y justa del hombre con la naturaleza.

A esto se suman los avances de la ciencia que en áreas como la nanotecnología, pueden proveer importantes beneficios al medio ambiente. Sin duda la tecnología puede ser el mejor aliado del medio ambiente, siempre que se antepongan los intereses colectivos a los particulares.

En esta huella ecológica la actividad agrícola, tan necesaria para la producción de alimentos, tiene un impacto sobre el medio ambiente, debido a la quema de áreas forestales para abrirlas al cultivo y la erosión de los suelos.
Ante el crecimiento de la mancha urbana la reducción de la superficie destinada a la agricultura se acentúa. Una tendencia es producir en ambientes controlados, donde en menos superficie se pueden obtener altas cosechas y garantizar la inocuidad de los productos.

Frente a los problemas de escasez del vital líquido, investigadores mexicanos desarrollaron un método para captar agua de lluvia, purificarla y utilizarla para el consumo humano y actividades productivas.

En la búsqueda de nuevas opciones para reducir esta huella ecológica negativa también se han desarrollado sistemas de bombeo para riego que funcionan con energía solar y pueden utilizarse en comunidades apartadas de la red eléctrica.

Revertir esta huella ecológica negativa es posible, sólo requiere de políticas y compromisos puntuales de los gobiernos del mundo y de las empresas contaminantes. En tanto, limpiar nuestra casa no nos caería mal.

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