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Hoteles a cambio de manglares en Baja California Sur

La playa de Balandra, ubicada a 22 kilómetros al norte de La Paz, Baja California Sur, es rica en biodiversidad por sus manglares; por ello, el ayuntamiento local decretó el año pasado que fuera área natural protegida. Sin embargo, la decisión se vino abajo, luego de que el empresario Miguel Alemán Magnani se amparó contra dicha declaratoria y desarrolla ahora un proyecto turístico en ese lugar.

Este es solo uno de los múltiples planes turísticos que ya se pueden realizar, pese al daño que ocasionarán a los manglares. En 2004, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Semarnat, encabezada en ese entonces por Alberto Cárdenas, modificó la norma 022 para permitir que los desarrollos turísticos afecten este ecosistema, el cual tarda cientos de años en formarse. En México, de acuerdo con el inventario forestal, hay sólo 888 mil hectáreas de esta vegetación.

La Balandra tiene una zona de manglares y es uno de los sitios favoritos de fin de semana de los residentes de la capital bacajaliforniana; ahí se localiza la famosa roca en forma de hongo conocida internacionalmente como El Hongo de Balandra.

La importancia biológica, ecológica, cultural y tradicional de la playa llevó al gobierno municipal a decretar la protección especial del estero de Balandra y Tecolote, una playa contigua, y así lograr su conservación. Abarca mil 917 hectáreas, de las cuales 665 corresponden a la »zona núcleo»; la declaratoria se publicó el 31 de julio de 2004 en el Boletín Oficial del gobierno estatal, informó la organización Ciudadanos Preocupados AC de Baja California Sur.

Sin embargo, el empresario Miguel Alemán Magnani -hijo del ex gobernador de Veracruz, Miguel Alemán Velasco- obtuvo un amparo contra el decreto. Es dueño de una importante extensión de tierras en la zona de Balandra, contigua al área de manglares, y planea un desarrollo turístico con hoteles, villas, campos de golf y una marina, ya que la zona está dentro de la región del proyecto Mar de Cortés o Escalera Náutica.

La declaratoria de área protegida constituye para Alemán Magnani una barrera para su proyecto turístico, ya que prohíbe el cambio de uso de suelo de preservación ecológica y que se modifiquen las condiciones naturales del ecosistema, además de la descarga de contaminantes. El artículo 10 del documento señala que los propietarios y poseedores de inmuebles o titulares de otros derechos sobre tierras y aguas que estén dentro de la zona protegida están obligados a conservar el área.

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