El secretario de la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Diputados, José Luis Espinosa, pugnó ayer por que en la reforma energética se incluya la reconversión tecnológica de la industria del ramo para que la producción de combustibles y electricidad impacte menos el entorno.
Al participar en el foro Daño Ecológico y Social Generado en Salamanca y Tula, en el palacio legislativo de San Lázaro, consideró que el reto es cómo mezclar la necesidad de conservar fuentes de empleo y fortalecer el sector energético atendiendo los problemas derivados de la afectación al ambiente y a la salud humana.
El legislador del Partido Acción Nacional señaló que en el caso de las refinerías de Salamanca y Tula, donde se registran elevadas emisiones contaminantes, el objetivo debe ser incorporar equipo de seguridad, dispositivos y nuevas tecnologías para reducir el daño ambiental.
Comentó que es absurdo que un país como México siga dependiendo 75 por ciento de la quema de combustibles fósiles para la generación de electricidad.
En su turno, Guillermo Camacho, representante personal de la secretaria de Energía, Georgina Kessel, dijo que las autoridades de Pemex están conscientes de que la refinación en Salamanca y Tula ha afectado al ambiente.
Expuso que el Sistema Nacional de Refinación produce y procesa un millón 300 mil barriles diarios de hidrocarburos en el plano nacional, de los que 200 mil son generados en Salamanca y 290 mil en Tula.
Ambas refinerías, dijo, proveen petrolíferos que son consumidos en el altiplano del país. Salamaca tiene ocho mil 500 empleados y Tula cuatro mil 410, pero si se suman los empleos directos e indirectos de esas plantas se llega casi a cien mil.
El representante de Kessel comentó que la derrama económica anualizada asciende en Salamanca a tres mil 500 millones de pesos y en el caso de Tula a mil 600 millones de pesos.
Fuente: Excélsior
