La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) confirmó que México clausuró su producción de clorofluorocarbonos (CFC), «con lo cual dejó de generar este tipo de gases», que son los principales destructores del escudo que protege a la Tierra de los rayos ultravioleta.
Al celebrarse el viernes el Día Internacional para la Preservación de la Capa de Ozono, la Semarnat informó que desarrolla actualmente un esquema para eliminar el consumo de clorofluorocarbonos en la refrigeración, mediante la capacitación de técnicos y el establecimiento de centros de acopio para la recuperación y reciclaje de estos gases.
Recordó que en los 14 años recientes, México logró disminuir en 90 por ciento el consumo de sustancias que agotan el escudo que protege a la Tierra de los rayos ultravioleta, por medio de más de cien proyectos apoyados por organismos internacionales, como el Banco Mundial, y por diferentes programas de la Organización de las Naciones Unidas orientados a la transferencia de tecnología, asistencia técnica y capacitación, así como a la sustitución de estos materiales.
Agustín Sánchez, coordinador de la Unidad de Protección a la Capa de Ozono de la Semarnat, dijo que actualmente se está aplicando un sistema para vigilar la importación y exportación de sustancias agotadoras de la capa de ozono, en coordinación con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
«Además, están en marcha proyectos para brindar asistencia técnica y capacitación a usuarios de bromuro de metilo, sustancia que se utiliza como plaguicida en la fumigación de suelos y sistemas de almacenamiento de granos y harinas, a fin de reducir 20 por ciento su consumo para el año 2005, de acuerdo con los compromisos de nuestro país ante el Protocolo de Montreal», subrayó el funcionario.
Confirmó que al clausurar su producción de CFC, el 9 de septiembre, México se adelantó cuatro años en el cumplimiento de los acuerdos establecidos en el protocolo; asimismo, dijo que la medida permitirá reducir dichos gases 12 por ciento a escala mundial y 60 por ciento en América Latina.
Fuente: La Jornada
