De acuerdo con la carga mundial de morbilidad del IHME, se estima que en México anualmente pierden la vida más de 37 mil personas por la mala calidad del aire
Teorema Ambiental/Redacción
Ciudad de México, 30 de abril 2020.— El Observatorio Ciudadano de Calidad del Aire (OCCA) pidió al gobierno federal y autoridades locales que tomen acciones de alto impacto que produzcan mejoras en la calidad del aire y combatan efectivamente la crisis climática, garantizando el derecho a un medio ambiente sano y la salud de la población, generando acciones sistémicas y de largo plazo.
Esto, debido a que según cifras del Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP) e Iniciativa Climática México (ICM), en nuestro país tan solo el transporte terrestre causó alrededor de 27 mil muertes prematuras en 2017 a consecuencia de la alta concentración de partículas PM2.5 y PM10. Mientras que el Global Burden of Disease del IHME estima que en México anualmente pierden la vida más de 37 mil personas debido a estos contaminantes.
En el contexto de la pandemia actual, investigadores de la Escuela de Salud Pública TH Chan de la Universidad de Harvard indican que existe mayor mortalidad en pacientes con COVID-19 que hayan estado expuestos por periodos largos a partículas PM2.5, hasta en un 8 por ciento en la tasa de mortalidad.
Por otro lado, la reducción de la actividad industrial y de los automóviles por la contingencia sanitaria ha reducido la concentración de contaminantes en la atmósfera. De hecho en lugares como la provincia china de Hubei, los días sin contaminación atmosférica aumentaron en un 21.5 por ciento, en comparación con el año anterior. Mientras que en España, el Sistema de Vigilancia de Calidad del Aire del ayuntamiento de Madrid reportó que en los días de confinamiento se ha reportado el índice de calidad del aire como “muy bueno”.
En México, efectivamente algunas regiones han reportado reducciones en sus contaminantes:
- Valle de México en la primera y segunda semana de abril una reducción del 34 y 27 por ciento de monóxido de carbono (CO) y óxido de nitrógeno (NOx), respectivamente.
- Zona Metropolitana de Guadalajara, reporta una disminución de NOx en las estaciones de monitoreo de Miravalle con un 73 por ciento, en las Pintas del 50 por ciento y en Oblatos del 42 por ciento, además de una reducción del 72 por ciento de CO y 67 por ciento de PM10 en la estación de monitoreo Vallarta.
- En el estado de Guanajuato, en las primeras semanas de abril, de los diez municipios con sistema de monitoreo, cinco han registrado calidad del aire aceptable, mientras que los cinco restantes reportaron buena calidad del aire.
No obstante, México enfrenta tres condicionantes de mala calidad del aire: las altas temperaturas en esta temporada, la intensa radiación solar y estabilidad atmosférica (propios de los meses de marzo, abril y mayo), que favorece la formación de ozono y la aparición de incendios.
“Esto se combina con una endeble política ambiental y el incumplimiento de las normas oficiales mexicanas de salud ambiental que ha regido en muchos estados; el resultado ha sido una insuficiencia para reducir la contaminación atmosférica”, afirma el Observatorio.
A pesar de las restricciones a la movilidad, los hábitos de consumo y procesos de producción y distribución de bienes y servicios siguen emitiendo diariamente compuestos orgánicos volátiles (COV) como solventes, fugas de gas en calentadores y estufas, combustible evaporizado en las estaciones de servicio y en los automóviles sin control de emisiones evaporativas, productos cosméticos y de limpieza, entre otras fuentes.
Además, es importante señalar que la presencia de ozono (O3) no se ha logrado disminuir en la misma proporción que los otros contaminantes mencionados. Pero incluso a pesar de la alta presencia de COV que favorece la formación de O3 con la radiación y alta temperatura, la reducción de CO y de NOx derivados de las restricciones a la movilidad ha permitido que en estos meses no se hayan alcanzado los umbrales de contingencia.
Finalmente, el Observatorio pidió a la sociedad repensar el modelo de generación de energía, de consumo y de movilidad, orientado a la lucha contra la contaminación y la crisis climática.
“Acciones temporales y reactivas son insuficientes porque contribuyen a una desaceleración de la economía y una desestabilización de muchos hogares mexicanos; sobre todo aquellos con menores recursos y protección social. Al contrario, se requiere de un cambio profundo y estructural hacia una economía más sostenible, compatible con los ecosistemas, la vida humana y el bienestar social”, solicitaron.
