El programa para reforzar los operativos para la detección de vehículos ostensiblemente contaminantes que circulan por la ciudad, iniciado por las autoridades de la Secretaría de Medio Ambiente el pasado 31 de agosto, ha permitido, según indican sus cifras, aumentar en 200 por ciento el número de unidades sancionadas.
Sin embargo, esto no asegura que se cumpla el objetivo de sacar de circulación a estos autos en tanto no corrijan sus niveles de emisión de contaminantes a la atmósfera, toda vez que 30 por ciento de las placas que son retiradas a fin de evitar que los vehículos contaminantes puedan transitar por la capital, ya no son reclamadas, reconoció el director de Verificación Vehicular de SMA, Gabriel Leyva Martínez.
Ese porcentaje de conductores no pagan la multa de 24 días de salario mínimo, tampoco llevan a cabo la reverificación de la unidad, cuyo costo es de 190 pesos y tampoco hacen las reparaciones necesarias a los autos para que dejen de emitir su humo gris al aire de la ciudad.
La debilidad de este programa, radica en que no se cuenta con una base de datos compartida entre la SMA y las agencias del Ministerio Público, donde se puedan cotejar las placas retenidas por alguna de las 20 cuadrillas de ecoguardas que realizan las detenciones de los vehículos contaminantes.
Esto permite, asegura el ecoguarda Gabriel Venegas, que los infractores reporten sus placas como robadas, y las autoridades judiciales, al no estar enteradas que están retenidas por no cumplir con las normas ambientales, les entreguen un permiso provisional para poder circular en tanto les dan un nuevo juego de placas.
Leyva Martínez señaló que ya se trabaja en establecer una serie de mecanismos con el Estado de México para que puedan conocer los registros de los vehículos sancionados y ya no puedan ir a esa entidad a pedir reposición de placas; pero esto, dijo, podría ser realidad hasta el próximo año.
Fuente: El Universal
