Contaminación

Basura bajo tierra

Mientras en Europa las ciudades prácticamente ya no producen basura, sino residuos orgánicos e inorgánicos que luego son reciclados o convertidos en composta, México es hoy por hoy el país que más basura pone bajo tierra.

Esta práctica, la de enterrar los desechos sólidos municipales en rellenos sanitarios e incluso depositar la basura en basureros a cielo abierto, es generalizada en nuestro país y tiene efectos nocivos al medio ambiente, consideraron investigadores.

Este modelo de manejo de la basura, coloca a México como una de las naciones más sucias del mundo, junto con los países de Centroamérica y la India, donde la basura generalmente es arrojada a cielo abierto o, en el mejor de los casos, incinerada.

Según el Programa para el Medio Ambiente de las Naciones Unidas (PNUMA), en la mayoría de las ciudades pertenecientes a países con ingresos medios y bajos, muchas de ellas ubicadas en América Latina, no se recolecta entre una tercera parte y la mitad de los desechos sólidos generados.

Por otra parte, países europeos como Alemania, Holanda, Suecia y Bélgica prácticamente han eliminado la generación de basura con métodos de reciclado y procesamiento de los residuos.

Y es que la producción de basura en México se estima que es de al menos 39 millones de toneladas anuales. Tan sólo en la ciudad de México, la generación diaria de basura llega a las 12 mil toneladas.

Lo peor de esto es que no hay una alternativa real para manejar la basura que produce la ciudad. De hecho, investigadores consideran que el actual relleno sanitario de la capital del país, el Bordo Poniente, está prácticamente lleno y deberá ser clausurado en pocos meses.

Para lograr una solución permanente al problema de la basura, lo primero es dejar de generarla. ¿Imposible?, no. La propuesta de científicos e investigadores de la UNAM, es que la basura tiene que ser reciclada y procesada para convertirla en materiales con valor para la industria y la agricultura.

Pero en la ciudad de México apenas se recicla el 30 por ciento de los residuos y el resto se oculta bajo tierra. Así, al menos el 70 por ciento de la basura doméstica se está acumulando en el traspatio de las ciudades.

De acuerdo con estudios de grupos ambientalistas, la producción de basura en el mundo es mayor, por año, por peso y por volumen, que la suma de las producciones de todas las industrias juntas.

Cuando uno adquiere un producto que viene contenido en un empaque de plástico, cartón, vidrio o aluminio, está comprando además del producto, un material que tiene un precio. Pero si este envase es mezclado con basura orgánica y otros desechos no reciclables, se dificulta su recuperación.

Y tirar basura es desperdiciar oportunidades de prosperidad. Así lo demuestran los exitosos programas que han logrado generar riqueza gracias a la basura y que actualmente se aplican en Alemania y otros países europeos, o bien en naciones con gran avance tecnológico como Estados Unidos.

Ciudad de basura

Para recolectar las 12 mil toneladas de basura que la ciudad de México genera diariamente, se necesitan más de 17 mil trabajadores y 2,097 unidades recolectoras, que recorren las 16 delegaciones de la capital.

La basura se transporta a 13 estaciones de transferencia, y de ahí en tractocamiones con capacidad de carga de 20 toneladas a las tres plantas de selección y aprovechamiento de residuos sólidos que son Bordo Poniente, Santa Catarina y San Juan de Aragón, en donde son procesadas diariamente 7,373 toneladas de residuos, de los que son recuperados 16 tipos de materiales reciclables.

De acuerdo con la Secretaría de Obras y Servicios del Gobierno del Distrito Federal, los rellenos sanitarios Bordo Poniente y Santa Catarina, pasaron de una recepción promedio de 10,500 toneladas diarias de residuos sólidos en 1997, a más de 12 mil toneladas diarias a la fecha, en las que se incluyen volúmenes recibidos diariamente de municipios del Estado de México, así como desechos inertes de cascajo de construcciones del Distrito Federal.

Desde 1998 se calculó que la vida útil del relleno sanitario Bordo Poniente concluiría en marzo de 2001; sin embargo, con el llenado de caminos interiores para conformar macroceldas, la compra y uso de maquinaria especializada para la compactación y empuje de los residuos sólidos, se logró alcanzar densidades de compactación de mil kilogramos por metro cuadrado, con lo que se amplió la vida útil de este sitio hasta febrero de 2004.

Es decir, ya no cabe más basura en este relleno, sin embargo, los desechos siguen acumulándose.

Impactos en la salud de los rellenos sanitarios

Varios estudios científicos dan cuenta del impacto en la salud humana que pueden tener los rellenos sanitarios en las comunidades cercanas.

En 1995 se publicó un estudio sobre familias que vivían cerca de un importante relleno municipal: The Miron Quarry, en Montreal, Canadá. Este relleno se utilizó entre 1968 y 1990 y es el tercer relleno más grande de América del Norte. Allí se encontró una elevada incidencia de cáncer de estómago, hígado, próstata y pulmón entre los hombres, y de útero y cervical entre las mujeres.

Otro estudio realizado en 1998 por el Departamento de Salud de Nueva York, examinó la incidencia de siete tipos de cáncer en hombres y mujeres que vivían cerca de 38 rellenos donde se conocía de liberación de gases contaminantes producto de las reacciones químicas de la basura.

De los 14 pacientes estudiados se encontró que en diez casos, los valores eran elevados, pero en sólo dos tipos de cáncer (cáncer de vejiga y leucemia en las mujeres) fueron estadísticamente significativos. El estudio concluyó que para las mujeres que viven cerca de los rellenos, la incidencia de los siete tipos de cáncer era elevada. En los hombres, el estudio encontró una incidencia elevada (aunque no estadísticamente significativa) de cáncer de pulmón, cáncer de vejiga y leucemia.

En agosto de 2001 se publicó un estudio realizado en Inglaterra sobre los efectos en la salud de las personas que viven cerca de rellenos sanitarios de residuos. A partir de un estudio sobre 9,565 rellenos, se halló que el riesgo de malformaciones aumentaba en 1 por ciento para aquellas personas que vivían dentro de los dos kilómetros de distancia del relleno. Algunas malformaciones abdominales tuvieron hasta un 8 por ciento de mayor incidencia en zonas anexas a rellenos sanitarios.

La otra víctima de la basura: el suelo

Con malas prácticas de disposición de los residuos, el suelo es uno de los elementos del ambiente que es afectado de manera directa. La dinámica de movimiento de los elementos contaminantes de la basura en el suelo y subsuelo es compleja, ya que los residuos dispuestos sobre él quedan expuestos a ser arrastrados por las aguas pluviales hacia cuerpos de agua y corrientes superficiales.

De acuerdo con la Asociación Mexicana para el Control de Residuos Sólidos y Peligrosos, la basura mal confinada favorece la generación de lixiviados que con los producidos normalmente por la descomposición de la materia orgánica, se mueven tanto horizontal como verticalmente en el subsuelo, principalmente en aquellos sedimentos granulares o rocas fracturadas con alta permeabilidad donde llegan a contaminar los mantos acuíferos.

Dependiendo del tiempo y de las características de los materiales del subsuelo, esos contaminantes pueden alcanzar aun los mantos acuíferos más profundos. Por ejemplo, en un sitio en el que la litología del subsuelo constituida por gravas limosas, arenas y limos arenosos con una permeabilidad alta, las mezclas presentes en los lixiviados llegarían a contaminar acuíferos situados a una profundidad de 9.45 metros, en solamente un año.

Otra de las consecuencias a veces menospreciada por ser poco evidente a simple vista, y a veces detectada a largo plazo, es la afectación de la calidad del suelo para actividades productivas, ya que muchos de los contaminantes arrastrados por la lluvia o el aire son depositados en suelos sanos, lo cual causa la intoxicación de ganado alimentado por pastos del lugar e incapacidad del suelo para soportar cultivos de buena calidad sanitaria.

Asimismo, contaminan los mantos acuíferos de los cuales se extrae con frecuencia agua para riego con consecuencias similares a las antes mencionadas, agua para abrevaderos de ganado e incluso agua para el consumo humano.

La solución procesamiento y reciclaje

El manejo de los residuos sólidos municipales es muy complicado y abarca áreas diversas como la tecnológica hasta los ámbitos de la legislación que puedan propiciar en la población un cambio cultural para hacer conciencia sobre la separación de la basura, su reciclaje y aprovechamiento comercial.

Con base en estudios del método de manejo y disposición de la basura en México, un grupo de científicos de la UNAM encontró que este esquema afecta los suelos del país que dejan de ser productivos al utilizarse como tiraderos o rellenos.

Encabezados por el investigador Sergio Palacios Mayorga, los científicos desarrollaron una estrategia que permitiría pasar de los actuales niveles de reciclaje de residuos que rondan en un 30 por ciento del total, a un 80 por ciento.

El proyecto es el Manejo Biotecnológico Integral de los Residuos Sólidos Municipales y Agroindustriales (BIRSMA) que plantea la necesidad de realizar un análisis sobre la problemática de la basura localmente, en especial en las cabeceras municipales y zonas aledañas.

Para lograr un cambio en el manejo de la basura, es necesario iniciar con la separación de los residuos desde su origen, ya sea en el hogar, la oficina, centros escolares, y espacios públicos.

La separación de los residuos se hace en la fracción orgánica, es decir, los desperdicios derivados de alimentos, o la jardinería. La otra fracción son los residuos industrialmente reciclados como son el papel, cartón, los plásticos, vidrio, así como aluminio y metales.

El proyecto propone la adaptación de los camiones recolectores de basura para la recuperación de residuos separados, o con un sistema de recolección diferida, es decir, un día se recolecta lo orgánico y otro lo inorgánico.

La basura ya separada, pasaría entonces directamente a las plantas procesadoras de basura, donde se recuperaría aproximadamente el 80 por ciento de los residuos y se lograría darle un valor a los diversos materiales.

En cuanto a la basura orgánica, ésta sería convertida en composta que podrá usarse en jardinería urbana, agricultura, y para la remediación de suelos “cansados” por la agricultura intensiva.

El proyecto inicia con un diagnóstico de la situación de la basura en el municipio o localidad en donde se pretende instalar el proyecto. Un municipio con 25 mil habitantes, de acuerdo con los científicos, requiere millón y medio de pesos para establecer su planta biotecnológica, mientras que un relleno sanitario para la misma población puede ser hasta 50 veces más caro.

Este ahorro que ya se empieza a proyectar en los municipios de Zimapán, Hidalgo, y Manuel Doblado, Guanajuato, las dos primeras ciudades en establecer un BIRSMA.

La planta modelo integra dos naves y un patio de composteo. Los servicios municipales de recolección de basura la deben llevar separada al BIRSMA. Gracias a este proceso, los materiales industriales proclives de reuso inmediato, como el cartón, no llegan humedecidos o contaminados por el resto de los desechos orgánicos que se convertirán en el fertilizante.

Los valores nutritivos de la composta son monitoreados en la misma planta, para garantizar un alto nivel de calidad, útil para los productores por su contenido de nitrógeno, carbono y potasio, los principales nutrientes del suelo agrícola.

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