Ciencia y tecnología

Los primeros avances en agricultura espacial en la Luna

Por unos días, la Tierra dejó de ser el único lugar conocido en el universo en contener vida

Teorema Ambiental/Redacción

Fue en enero de 2019 cuando por primera vez supimos que la Tierra no era el único lugar en el universo con el privilegio de contener vida. Esta fecha fue el comienzo de la agricultura espacial en la Luna. La vida de la primera planta en germinar fue breve pero tiene una importancia científica, filosófica, existencial enorme.

Hace apenas unas semanas, la sonda china Chang’e 4 hizo lo que ni estadounidenses, rusos y europeos pudieron: aterrizar en el lado oculto de la Luna. Posteriormente, la Administración Espacial Nacional de China desplegó su vehículo explorador Yutu 2, en el cual lograron germinar un pequeño brote de algodón que crecía dentro de la mini-biosfera de la sonda espacial.

“Esta es la primera vez que los humanos realizamos experimentos de crecimiento biológico en la superficie lunar”, expresó Xie Gengxin, investigador del Instituto de Investigación de Tecnología Avanzada de la Universidad de Chongqing, quien dirigió el diseño del experimento.

La primera planta en germinar en la Luna lo hizo dentro de un contenedor con forma de cubo de 18 cm y 3 kg con aire, agua y suelo dentro de la sonda espacial Chang’e 4, que aterrizó en el lado oculto de la Luna a principios de enero de 2019.

China recién creó su programa espacial a principios de la década de 1990. Desde entonces, creció a grandes pasos. El primer astronauta chino, o taikonauta, Yang Liwei, alcanzó el espacio en 2003. Desde entonces, 11 taikonautas visitaron la órbita terrestre, incluyendo dos que habitaron la primera estación espacial de China, Tiangong-1.

En 2013 llegaron por primera vez a la Luna en su sonda no tripulada Chang’e 3. Su siguiente plan fue instalar una nueva estación espacial, una base lunar permanente y posibles misiones a Marte. A diferencia de la NASA que carece de la capacidad de poner humanos en el espacio, pues depende de las naves Soyuz rusas paras llegar a la Estación Espacial Internacional, los chinos pretenden poner a un hombre (o mujer) en la Luna para el año 2025.

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Los experimentos de germinación de vegetales son parte de ese ambicioso proyecto: la capacidad de cultivar plantas en el espacio es crucial para la existencia de misiones espaciales a largo plazo y para fundar colonias en otras partes del sistema solar.

“Hemos considerado la supervivencia futura en el espacio”, dijo Liu Hanlong, jefe del experimento. “Aprender sobre el crecimiento de estas plantas en un entorno de baja gravedad nos permitiría sentar las bases para nuestro futuro establecimiento de la base espacial”, aseguró.

Por esa razón, los chinos incluyeron un contenedor en el estómago de la sonda espacial Chang’e 4. En su interior, contiene, además de semillas de algodón, colza, patatas y arabidopsis (comúnmente conocida como berro), así como huevos de la mosca de la fruta y levadura.

Según Xie Gengxin, las seis especies fueron elegidas porque eran pequeñas y podían crecer en un ambiente confinado. También eran lo suficientemente resistentes como para soportar algunas de las condiciones extremas en la superficie lunar.

En 2015, los astronautas Scott J. Kelly y Kjell Lindgren de la NASA y Kimiya Yui de la agencia espacial japonesa (JAXA) saborearon una ensalada de lechuga cultivada en microgravedad durante 33 días en la Estación Espacial Internacional.

Si bien esta fue la primera vez que una semilla brota en la Luna, no fue la primera vez que algo así ocurre en el espacio: plantas fueron cultivadas anteriormente en órbita. En 1982, cosmonautas soviéticos lograron hacer crecer Arabidopsis thaliana, una especie floreciente relacionada con la col y la mostaza, en la estación Salyut 7.

El experimento, conocido como “Veg-01”, fue pensado para ver cómo estas plantas crecen bajo luces led rojas, azules y verdes, así como luces led blancas en un amplio espectro y cuya misión final es proporcionar una fuente de alimento a largo plazo.

El brote de algodón en la Luna fue un triunfo de la vida, un triunfo chino y también humano. Pero duró poco. Las semillas habían sobrevivido ya al lanzamiento espacial y habían tenido un difícil viaje hasta la superficie de nuestro satélite natural. También habían germinado en la baja gravedad y la alta radiación del espacio extraterrestre. Pero no lograron resistir la fría noche lunar.

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