Ciencia y tecnología

Encuentran serpiente fósil con patas robustas

Las primeras serpientes eran probablemente animales terrestres, dotados con robustas patas posteriores con las que escarbaban, y no descendientes de animales acuáticos que emigraron a tierra firme, estiman dos investigadores en la revista Nature.

El argentino Sebastián Apesteguía, del Museo de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia, de Buenos Aires, y su colega brasileño Hussam Zaher, del Museo de Zoología de la Universidad de Sao Paulo, sacan su conclusión del esqueleto casi completo de una serpiente de más de 65 millones de años encontrada en la región de la Patagonia, en el sur de Argentina.

Le dieron el nombre científico de Najash rionegrina inspirándose en el nombre hebreo de la serpiente bíblica, Najash, y en el lugar de su hallazgo, la provincia argentina de Río Negro.

Gracias a este descubrimiento, los científicos disponen por primera vez del hueso sacro (el hueso triangular que está situado en el centro de la cadera) y otros huesos de la pelvis que unen la espina dorsal y los restos de las patas traseras de un reptil.

Esto hace suponer, según los investigadores, que las primeras serpientes evolucionaron probablemente más en tierra que en el mar. Además, la robustez de las patas de la serpiente fósil hace pensar en un animal que tenía la costumbre de escarbar con ellas.
Más tarde, los descendientes de la especie descrita perdieron su hueso sacro y después las patas al cambiar de estilo de vida.

Los investigadores no son los primeros que sugirieron el origen terrestre de las serpientes, pero son los primeros que disponen de pruebas concretas, en forma de fósiles, que dan luz sobre los mismos comienzos de su evolución.

Las huellas de esta evolución quedaron en algunas especies vivas que están dotadas de pequeñas «garras», los vestigios de las patas posteriores.

Fuente: Reforma

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