Ciencia y tecnología

Cero desperdicio con tecnología ecológica

Valle de Santiago, Guanajuato.– Por su avanzado diseño, las sembradoras cero labranza son el equipo ideal para la modernización de la agricultura, pues otorgan un alto rendimiento de las cosechas, bajo costo de producción, fácil sistema de operación y mínimo mantenimiento.

Son equipos agrícolas diseñados técnicamente para dosificar la cantidad de fertilizante y semilla requeridos en la siembra de sorgo, maíz, frijol, soya, entre otros.

Estas sembradoras pueden tener un peso aproximado de entre 500 y 1,100 kilogramos, y una altura de 1.10 a 1.60 metros. Las hay de 2, 3, 4, 6 o más unidades y prácticamente trabajan bajo 2 sistemas básicos: el neumático y el mecánico.

Componentes de maquinaria ecológica

– Depósito de semilla y fertilizante: son fabricados con acero inoxidable, así como los conductos de fertilización, lo que garantiza una vida útil más prolongada. Los depósitos tienen un diseño que permite un eficiente desalojo del producto.

– Módulo de siembra y fertilización: cuentan con módulos independientes en su funcionamiento para cada surco, algunos están equipados con sistemas propios de autopropulsión, no requieren transmisión directa del tractor y cuentan con sistemas de amortiguamiento que permiten adaptarse al terreno.

– Discos: la mayoría de modelos cuenta con un disco abridor, uno propulsor y uno de siembra; están fabricados en su mayoría con acero al carbón y son tratados térmicamente para brindar alta resistencia y son embalados para un suave desplazamiento.

– Rueda niveladora: está diseñada para regular la profundidad del depósito de la semilla y cerrar la ranura de depósito cubriendo adecuadamente la semilla. Está fabricada en fundición de alta resistencia y embalada.

– Sistema sembrador: está provisto por un conjunto de discos diseñados para cada tipo de semilla, de fácil intercambio y fabricados en plástico especial de alta resistencia. Cuentan con un sistema de cambio de velocidad que permite regular la población de la siembra.

– Microgranuladores: sistemas que permiten lanzar el insecticida granulado conforme se realiza el trabajo de siembra.

– Sistema de fertilización directa: es un método opcional que permite depositar el fertilizante enterrándolo directamente en el área que se requiere para su mejor aprovechamiento.

La labranza de conservación es el método de siembra y fertilización más productivo en la actualidad, ya que con él se aprovechan los elementos y humedad de la tierra. Elimina el gasto de preparación y evita el daño originado a la tierra y al ambiente por la quema de los residuos de cosechas anteriores.

Esta técnica no es simplemente un paquete tecnológico, sino todo un sistema de producción que aumenta la riqueza de los suelos, reduce el trabajo agrícola y beneficia al ambiente de manera global.

Proyecto Asosid

Agricultura Sostenible Basada en Siembra Directa (Asosid) es un programa interinstitucional en el que participan: SDA, Sagarpa, FIRA, INIFAP, CIRAD (agencia francesa), Cimmyt, FGP y Monsanto. Este enfoque integral pretende difundir la técnica de la siembra directa mediante la información, la toma de conciencia y participación de todos los agricultores, productores y técnicos.

Principales limitantes:

a) Tradición agrícola muy profunda que dificulta el cambio de mentalidad.

b) Dejar sobre el suelo el rastrojo o paja no es fácil, porque la mayoría de agricultores: 1) utilizan los residuos para alimentar a sus animales; 2) los venden, ya que tienen valor de mercado en muchas regiones, y 3) los queman para «limpiar» el suelo.

c) Otra variante de este problema es el sistema de tumba-roza y quema, que se practica en el sureste de México.

d) Malas experiencias debido a la falta o deficiencia de asesoría; se transmiten más rápido las malas que las buenas experiencias, se desconoce mucho, se abandona la práctica fácilmente y se le llega a temer.

e) Bajo grado de capitalización del campo y difícil acceso para recibir financiamiento crediticio, particularmente para los pequeños agricultores. No hay buen acceso a maquinaria de siembra directa.

f) Costo alto de herbicidas en México en comparación con otros países.

g) Es un cambio complejo y no existen recetas, es necesaria la investigación, la asesoría y la adaptación local.

Método más productivo

La labranza de conservación es el método de siembra y fertilización más productivo en la actualidad, ya que con él se aprovechan los elementos y humedad de la tierra. Elimina el gasto de preparación y evita el daño originado a la tierra y al medio ambiente por la quema de los residuos de cosechas anteriores.

En el área de Transferencia Tecnológica del centro, se establecen y manejan rotaciones de cultivos de ciclo corto de importancia zonal y regional, aplicando el Sistema de Labranza de Conservación para maíz y sorgo en el ciclo primavera-verano; y trigo, cebada y hortalizas (brócoli y chícharo Chino), en otoño-invierno.

Centro de labranza

El Centro de Desarrollo Tecnológico «Villadiego» se especializa en labranza de conservación, proporciona a los agricultores recursos crediticios y servicios integrales de apoyo: proyectos, conferencias y demostraciones de equipo técnico para esta benéfica alternativa de la siembra directa.

El director en jefe, Esteban Michel Ramírez, explica que el Centro Tecnológico de Villadiego es una entidad financiera del Banco de México, cuya finalidad es propiciar mayor productividad, rentabilidad y competitividad al sector agropecuario.

Cuenta con una superficie total de 23 hectáreas, distribuidas en 20 para desarrollo de cultivos y 3 de construcciones e instalaciones, pozo profundo con gasto de 30 litros por segundo, maquinaria y equipo agrícola. Además tiene un auditorio, aulas, laboratorio de análisis de suelos, plantas de agua, oficinas, cobertizo para maquinaria y bodega.

Uno de los principales esquemas de financiamiento de este centro, es el Programa de Transferencia Tecnológica, que desarrolla exitosos sistemas de producción y los divulga por medio de foros nacionales, internacionales, seminarios, talleres y días demostrativos.

La superficie del país bajo labranza de conservación es de aproximadamente 650,000 hectáreas, esto representa cerca de 3.25 por ciento de la superficie cosechada anualmente en México en los ciclos primavera–verano y otoño–invierno.

La mayor superficie bajo labranza de conservación, 79.9 por ciento, está concentrada en el centro occidente del país; en el sureste, 10 por ciento; en la región sur, 8.9 por ciento, y el resto en el norte y noreste.

Respecto de cultivos, el maíz es el más importante, aproximadamente 57 por ciento; le siguen el sorgo con 37.8, el trigo 8.4 y otros cultivos 0.8 por ciento, entre ellos algunas hortalizas de las que sobresale el brócoli.

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