Ante un posible brote de epidemias, los equipos australianos de emergencia trabajan a contrarreloj para evitar que se agrave la situación de las víctimas del ciclón Larry, que azotó el lunes Queensland, afirmó hoy el líder del gobierno de ese estado, Peter Beattie.
Los servicios de emergencia ya empezaron a repartir alimentos y agua tras asegurarse de que todos los damnificados tienen refugio.
Beattie, que pasó la noche en la zona, recomendó —a través de la televisión local Channel Seven— a los residentes del área afectada que pasen unos días fuera de la región y esperen a que los servicios mínimos estén restablecidos antes de volver.
Los equipos para la reconstrucción de la zona por donde pasó el ciclón, con vientos de hasta 300 kilómetros por hora, tienen por delante un trabajo monumental, con centenares de hogares destruidos y miles de edificios dañados y personas sin electricidad ni agua potable.
No se han registrado muertos ni heridos graves, pero los daños materiales pueden superar los 350 millones de dólares (287 millones de euros), y se teme una epidemia de dengue, enfermedad que se transmite por mosquitos que se reproducen en aguas estancadas de regiones tropicales.
Expertos del ejército australiano tienen previsto llegar hoy a la localidad de Innisfail, la zona más afectada, con 10 generadores eléctricos para empezar la reconstrucción, pero se espera que al menos un centenar de personas tengan que permanecer en centros de evacuación durante una temporada.
Aunque la mayor parte de las 150 escuelas del estado cerradas el lunes tienen previsto reanudar hoy las clases, se prevé que muchos alumnos no puedan acudir a los centros docentes debido al gran número de carreteras que permanecen intransitables.
El ciclón Larry se ha convertido en las últimas horas en tormenta tropical y avanza por la región remota del sur del golfo de Carpentaria, en el extremo nororiental de Australia, con vientos de al menos 100 kilómetros por hora.
Mientras tanto, los meteorólogos controlan el ciclón Wati, que se acerca hacia el continente desde el mar de Coral, y se prevé que dentro de dos días gire hacia el sur y avance en paralelo a la costa sin crear el caos de su predecesor.
