Biodiversidad

Problemas y soluciones continentales mapa de deterioro ambiental

África

Entre los principales problemas ambientales que enfrenta la mayor parte de los países africanos están la escasez de agua (estrés hídrico) y la degradación de sus tierras, y a éstos habrá que sumarles otros no ambientales, como la importación de alimentos y la atención médica, que absorben enormes recursos económicos.

La expansión de la agricultura hacia zonas marginadas y la destrucción del hábitat natural como bosques y humedales, han provocado la degradación de las tierras. La pérdida de los recursos biológicos se traduce también en la disminución de potencial económico y de opciones para desarrollar el comercio en el futuro.

Sin embargo, el continente americano hace esfuerzos impresionantes para conservar la vida silvestre, al establecer una red de zonas protegidas y al comprometerse la región a acuerdos multilaterales sobre medio ambiente. De esta manera, los países africanos han participado en muchas iniciativas y programas regionales y subregionales.

Uno de los logros más notables, según el último informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), es el Convenio Africano sobre la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Naturales, que a pesar de que data de 1968 se ha actualizado de manera constante. También destaca el Convenio de Bamako sobre la Prohibición de la Importación en África y el Control de los Movimientos Transfronterizos y la Gestión de los Desechos Peligrosos en África de 1991.

Los males asiáticos

Sobrepoblación, pobreza y falta de aplicación de medidas normativas complican los problemas ambientales en muchas partes de la región asiática. Los recursos biológicos son importantes para la subsistencia, pero han sido explotados comercialmente de manera indiscriminada.

Cerca de tres cuartas partes de las extinciones de especies han ocurrido en islas aisladas de la región y las zonas protegidas constituyen sólo el 5 por ciento de la superficie total. Asimismo, la descarga de aguas de alcantarillado y otros desechos ha contaminado el agua dulce, en tanto que la sedimentación de ríos y embalses es consecuencia de la deforestación a gran escala.

Urbanización, industrialización y crecimiento desmedido del turismo han degradado muchas zonas costeras y Asia tiene muchas ciudades con los niveles más altos de contaminación ambiental.

Sin duda, el continente asiático tiene que realizar enormes esfuerzos para revertir el hecho de que casi todas las tendencias ambientales han sido negativas. Algunos cambios positivos ya se han dado, como mejoras en las gestiones de los gobiernos, una mayor conciencia y participación pública y una creciente conciencia ambiental por parte de la industria. También hay que destacar que más del 60 por ciento de los manglares de Asia han sido convertidos a la acuicultura.

El viejo continente

En el llamado viejo continente, la situación ambiental es variada. Durante los últimos 30 años se han verificado avances importantes en cuanto al control de emisiones a la atmósfera, pero en relación con el estado de la diversidad biológica y de los bosques los cambios no han sido significativos.

Incluso, en algunos casos ha habido un marcado deterioro, como en lo referente a la calidad del agua dulce y la situación de algunas zonas marinas y costeras. Hay regiones de Europa meridional, occidental y sudoriental que sufren de un estrés hídrico.

Sin embargo, Europa hace grandes esfuerzos para proteger las zonas naturales y la biodiversidad biológica y esto está representando el cambio más importante en cuanto a protección de especies se refiere.

La problemática no es sencilla, pues las reservas de agua dulce no están distribuidas de forma equitativa. No obstante, el desarrollo de sólidas políticas ambientales en la Unión Europea (UE) promete progresos constantes en materia ambiental.

América del norte

Esta región es un importante consumidor de los recursos naturales del mundo y, al mismo tiempo, gran productor de desechos. El impacto per cápita que tiene sobre el medio ambiente mundial es mayor al de cualquiera otra región del orbe. La conservación de los recursos en América del Norte ha sido menos exitosa que la reducción de la contaminación.

Sin embargo, se han registrado avances significativos en el control de algunas formas de contaminación atmosférica y del agua, así como en la delimitación de zonas protegidas. A raíz del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), Estados Unidos y Canadá reforzaron sus medidas de cooperación para enfrentar la contaminación transfronteriza y aplicaron controles más estrictos de las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx).

Ambos países también se comprometieron a conservar los hábitat de humedales del continente, a fin de proteger a las aves marinas y otras especies migratorias. Por último, con la liberación del comercio, la posible introducción de especies foráneas ha sido un motivo de creciente preocupación.

Una zona vulnerable a desastres ambientales

En América Latina y el Caribe la degradación ambiental se ha incrementado en las 3 últimas décadas. Las mayores presiones sobre el medio ambiente y los recursos naturales vienen por el crecimiento de la población, la desigualdad creciente de los ingresos, por una planeación muy incipiente y limitada y por la alta dependencia en la explotación de los recursos naturales de muchas economías.

En la región se han degradado más de 300 millones de hectáreas de tierras y casi el 30 por ciento de los arrecifes en el Caribe son considerados como en grave peligro. América Latina era una región en la que se encontraba más del 40 por ciento de las más de 400 millones de hectáreas de bosques naturales perdidos en el mundo.

Por otra parte, los principales problemas ambientales urbanos, especialmente contaminación atmosférica y deterioro de la calidad del agua, así como la inadecuada eliminación de desechos, producen graves efectos sobre la salud de los habitantes, que en la actualidad constituyen el 75 por ciento de la población total.

La tarea de mejorar el medio ambiente en América Latina no es sencilla. En la región, aumenta cada vez más la frecuencia e intensidad de los desastres naturales, con sus altos costos humanos y financieros; esto probablemente esté vinculado con el cambio climático. Las poblaciones más pobres son las más vulnerables a los desastres.

Las regiones polares

Las regiones polares presentan un severo agotamiento de la capa de ozono estratosférico, un transporte a larga distancia de los contaminantes atmosféricos, un calentamiento asociado al cambio climático mundial, una disminución de múltiples especies de aves, mamíferos y peces, además de la contaminación de los ríos más importantes.

En el Ártico, los niveles anuales promedio de ozono que se registraron en la década de los noventa disminuyeron en un 10 por ciento, en comparación con los verificados en los setenta. Esto quiere decir que el riesgo de quemaduras y ceguera por la nieve ha aumentado y se estima que los cambios climáticos se agudicen más en estas regiones polares que en otras. La tendencia del calentamiento reduce el hábitat de hielo que alberga a especies tales como osos polares y morsas.

En la región antártica, la caza de focas y ballenas merma las poblaciones en el océano y la eutrofización es un problema de reciente aparición en varios lagos de Escandinavia. Uno de los mayores logros obtenidos en el Ártico es la creciente oposición pública a la construcción de represas, especialmente en los países nórdicos.

Por ejemplo, en el año 2001, el Organismo Nacional de Planificación de Islandia rechazó un proyecto hidroeléctrico que hubiera perjudicado a 2 de los 3 principales ríos que se originan en el glaciar más extenso de Europa, con la consecuente destrucción masiva de vida silvestre.

Oriente medio

La conservación y protección de los recursos de agua dulce constituyen una prioridad para esta zona del mundo, particularmente para la península arábiga, donde se sobreexplotan las aguas subterráneas.

En general, los países del área atacan el problema con mejoras en la gestión del vital líquido, mediante un aumento del suministro y de la conservación al mismo tiempo. La introducción de sistemas de irrigación más eficientes es otra opción. Aunado a esto, se le pone especial interés a la degradación de las tierras y al problema alimentario que ello provoca.

Los mares de la región cuentan con puertos en donde el transporte y el comercio marítimo son de los más activos del mundo, lo que lo hace susceptible de contaminación, incluidos los derrames de petróleo.

La producción de desechos peligrosos per cápita se ubica entre las más altas del mundo, principalmente por las características de la industria que se ha desarrollado en esta región. Otro motivo de preocupación son las emisiones a la atmósfera, derivadas de las centrales de energía y por la desalinización.

Suscríbete al Boletín

PAÍSES QUE NOS ESTÁN VIENDO