Biodiversidad

Nuevo siglo, ¿nueva conciencia ecológica?

Conceptos tales como depuradoras vegetales, bosques o jardines comestibles, jardines temáticos, restauración paisajista o proyectos de fincas en agricultura ecológica, poco a poco comenzarán a formar parte del vocabulario del siglo que apenas empieza.

La difusión de estos sistemas permitirá que con cada acción individual contribuyamos a frenar el deterioro ambiental. Actualmente existen sistemas que nos permiten mejorar nuestra calidad de vida, pues evitan impactos negativos en el medio ambiente y, por el contrario, ayudan a mejorarlo.

Cada día hay más empresas interesadas en fomentar la implantación de sistemas de desarrollo y hacer más accesibles las técnicas y modelos que ayuden a un desarrollo sostenible.

Dichas firmas trabajan con personal especializado y colaboran con los mejores expertos para poner en marcha sistemas inteligentes, prácticos, económicos, coherentes e imaginativos, que junto con el conocimiento y estudio de métodos tradicionales, permiten diseñar nuestro entorno sacándole el máximo rendimiento.

Así, un jardín comestible consiste en seleccionar especies útiles, como por ejemplo un seto hecho de madroño, el cual además de servir de cortavientos, ofrece frutos que se pueden comer. Montar un jardín comestible, es ecológico, muy productivo y de bajo mantenimiento.

De hecho costará lo mismo que los jardines convencionales y se podrá contar con un servicio de mantenimiento, tanto en comunidades de vecinos como en jardines particulares. La idea también es crear un jardín temático con plantas medicinales como lavanda, echinacea o salvia, entre otras. Se trata de crear un huerto propio o un jardín con plantas aromáticas y condimentarias: laurel, tomillo o hinojo.

Las empresas que ofrecen estos servicios proporcionan plantas bien adaptadas al medio para que el mantenimiento sea mínimo. Esto se consigue mediante técnicas de ecología aplicada. Se crean sistemas (jardines) autorregulables y dinámicos, con un calendario de siembra y recolección.

Ecología interior

Las nuevas concepciones ecológicas incluyen por supuesto el diseño, construcción, reforma y asesoramiento en proyectos de arquitectura bioclimática, bioconstrucción, energías renovables, gestión de aguas y hoteles ecológicos.

Mediante el diseño, algunas empresas minimizan el consumo de energía y de agua. A su vez, se consigue la máxima captación de energía solar, y con ello se reduce el consumo de calefacción e iluminación. También se utilizan sistemas de aislamiento eficientes.

La refrigeración la solucionan mediante diferentes sistemas climatizadores naturales, como extracción de aires calientes por cámara o sistemas de ventilación cruzada.

Para una gestión integral del agua, el diseño incluye la recogida de aguas pluviales, separación de aguas grises y negras para su reutilización. Todo esto viene incluido con sistemas de depuración natural, sistemas de bajo consumo. Esto permite ahorros de un 70 por ciento en el consumo total.

Se eligen y se usan materiales con criterios de no toxicidad, materiales naturales, no sintéticos ni pinturas plásticas y maderas con bajos contenidos en formaldehídos, maderas de explotaciones sostenibles, materiales transpirables, reciclados y reciclables.

El resultado es crear un ambiente saludable en las casas que se construyen y además de que se respeta el ambiente, se considera todo el proceso de extracción, fabricación, instalación y reciclaje.

Cambio de mentalidad

Debido a que una nueva cultura empresarial está emergiendo, incluidas multinacionales hasta pequeñas empresas, el interés por contratar servicios de asesoría integral o implantar sistemas de gestión ambiental va en aumento también.

Estos últimos consisten en integrar en la gestión general de la empresa los procedimientos, los procesos, los recursos y responsabilidades respetuosas con el medio ambiente. La norma ISO-14004 es internacional y comparte principios con la norma ISO-9000 relativos a los sistemas de calidad.

La certificación de estos sistemas, por organismos acreditados, ofrece a las empresas la ventaja de poder demostrar a las partes interesadas su aptitud para prevenir y controlar los efectos ambientales derivados de sus instalaciones, actividades, procesos, productos y servicios.

Gracias a un funcionamiento eficaz, un sistema de gestión medioambiental ofrece mejoras en los sistemas de producción, reducción en los sistemas de energía, optimización en los procesos de gestión de residuos, identificación de mejoras en materiales como transporte, almacenamiento o envasado.

Asimismo, las empresas logran una reducción en los costos por primas de seguros, reducción de cánones por vertidos o residuos, protección del producto frente a competidores, mejora de la imagen pública de la empresa ante clientes, accionistas, socios empresariales.

Auditorías ambientales y ecoetiqueta

Con el propósito de conocer el estado medioambiental en las propias organizaciones, las empresas están recurriendo a las auditorías, que consisten en un proceso de verificación sistemática y documentada con el fin de realizar una evaluación objetiva de la situación interna en dicho ramo.

Con una auditoría medioambiental se puede verificar el cumplimiento de la normativa vigente como requisito básico, proporciona a la organización la oportunidad de mejorar sus sistemas productivos y contribuye a la mejora continua de su comportamiento ambiental. También determina la idoneidad y efectividad de los Sistemas de Gestión Medioambiental, en caso de haber sido implantados, y suministra información detallada del comportamiento ambiental alcanzado por la organización.

Por su parte, el etiquetado ecológico es un sistema voluntario de certificación en el que se faculta para el uso de un sello a los productos que, después de la evaluación basada en criterios concretos, demuestran un impacto ambiental más bajo que otros productos similares.

Con la ecoetiqueta, se promueve desde la fase de diseño, la producción, la comercialización y la utilización de productos que tengan repercusiones reducidas en el medio ambiente durante todo su ciclo de vida. Proporciona a los consumidores mejor información sobre repercusiones ecológicas de los productos.

Además, la etiqueta ecológica es para las empresas una herramienta que sirve para analizar el ciclo de vida de un producto y permite elegir aquellas opciones que sean más respetuosas con el medio ambiente, mediante la identificación y cuantificación de la energía consumida y los materiales utilizados.

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