Agua

Mareas Rojas, una historia del viejo testamento

Corre la voz entre los habitantes de la costa, el mar se torna de un color café rojizo y mata bancos enteros de peces y otros tipos de vida marina, las aguas se convierten en un lugar adverso para los egipcios cuyo faraón no permitió la salida de los judíos, según narra el viejo testamento. Las así llamadas “mareas rojas” aparecen, de tiempo en tiempo, para asolar a las comunidades costeras desde hace muchos siglos.

A menudo vemos cómo el mar cambia de color a lo largo de las diferentes épocas del año y en algunos lagos interiores, pero sobre todo en las áreas cercanas a las costas y en las playas. Sin embargo, ¿a qué se debe esto?, ¿cuándo ocurre? y ¿qué ocasiona?, son algunas de las preguntas que responderemos aquí.

El mar se tiñe de rojo

Falsamente se cree que es el fondo del mar el que refleja su color cuando la luz incidente del sol se refracta a través del agua; es decir, la dirección de los rayos luminosos procedentes del sol, cambian su trayectoria al pasar del medio aéreo al acuático, devolviendo el color propio del fondo; sin embargo, esto no es exactamente así, la tonalidad del color del mar depende de la concentración de partículas suspendidas dentro de éste, como los granos de arena, arcilla o limo y de la abundancia y tipos de algas fotosintéticas de tamaño microscópico que se encuentran en la superficie del mar a las que se denomina fitoplancton.

Algunas agrupaciones de fitoplancton desencadenan el proceso de las mareas rojas que tornan la superficie del mar de color pardo-rojizo, principalmente; sin embargo, también puede adquirir tonalidades verdosas o lechosas.

Comúnmente se les llama mareas rojas por la semejanza que guardan con las mareas, en el rítmico subir y bajar del nivel del mar en las áreas costeras. En algunos lugares se les conoce como agua roja, marejada roja, purga del mar o hematotalasia (mar que sangra). En el caso del golfo de California, los españoles que exploraban la región hacia 1539, lo denominaron Mar Bermejo por su frecuente tonalidad rojiza; la laguna de Yuriria en Michoacán significa lago de sangre; sin duda en ambos casos consecuencia de las mareas rojas.

Organismos sonrojados

Los eventos de mareas rojas son un fenómeno natural que se observa en prácticamente todas las costas del mundo (ver mapa); es de carácter periódico y de corta duración (uno o dos días), que se debe a la concentración masiva, entre uno y 36 millones de organismos de la misma especie por litro, éstas poseen además de clorofila a dos pigmentos acceso-rios denominados peridinina y dinoxantina; estas especies pertenecen a los grupos de los ciliados, las cianofitas, las diatomeas y los dinoflagelados; estos últimos, son los más importantes en las costas mexicanas por ser los que más especies agrupan, alrededor de 157; estos organismos tienen una estructura geométrica, rodeada de placas simples y la capacidad de desplazarse verticalmente.

Emergen los quistes

Para desencadenar una marea roja se requiere que se propicie el desarrollo de una cierta población dentro de todas las que integran la comunidad fitoplanctónica; los organismos de esta población deben estar presentes en forma de quistes, y pueden localizarse en el sedimento marino, es decir, entre las partículas del fondo o en cualquier parte de la columna de agua, que abarca desde el sedimento hasta la superficie.

Los quistes son transportados por las corrientes marinas, que a su vez son causadas por vientos de entre siete y ocho nudos; los nudos son la unidad que se utiliza para medir las velocidades de las corrientes de viento y tienen una equivalencia en kilómetros por hora, es decir, que corresponderían a una velocidad entre 12.9 y 14.8 kilómetros por hora. Estas corrien-tes se asemejan, claro que en menor proporción, a cuando se sopla sobre un plato con caldo para enfriar-lo. Una vez resuspendidos, los quistes se abren al verse favorecidos por un conjunto de variables ambien-tales muy particulares, que incluyen la luz, la tempe-ratura, la salinidad (concentración de yoduros y cloruros disueltos en el agua) y la cantidad de nutrimentos, también llamados sales minerales.

Las estaciones climáticas disparan el gatillo

Las variables ambientales cambian con las estaciones del año; así, la cantidad y calidad de la luz se modifica en función de la inclinación que tengan los rayos solares cuando llegan a la Tierra; la inclinación es máxima en invierno y mínima en verano; por lo que la temperatura aumenta en el verano y disminuye en el invierno, en el hemisferio norte y viceversa en el sur; la salinidad merma en verano por los aportes de agua de las lluvias y ríos que desembocan al mar y se incrementa en la época de estiaje, también llamada de secas.

La cantidad de nutrimentos se eleva unos meses después de iniciada la temporada de lluvias, particularmente durante los meses de más incidencia ciclónica, septiembre y octubre; ya que los ríos aumentan su caudal con las lluvias y a su paso arrastran hacia el mar las sales minerales que se encuentran en tierra.

Debido a las condiciones de salinidad y tempe-ratura del mar durante el verano, la columna de agua se encuentra estratificada, es decir, que hay porciones o bloques de agua con diferente salinidad y temperatura que no se mezclan; esto permite que los dinoflagelados, tengan una ventaja competitiva sobre las diatomeas, ya que los primeros migran hacia la zona donde abundan los nutrimentos (particularmente el nitrógeno y el fósforo) y en la cual es óptima la cantidad de luz para el desarrollo de la fotosíntesis; esto genera que se desencadene el flore-cimiento, es decir, el crecimiento explosivo de una de las poblaciones que integran el fitoplancton y como resultado se registra una marea roja.

Cuando la marea roja aflora en la superficie, causa un efecto de sombra en la columna de agua que impide el paso de la luz y en consecuencia restringe la fotosíntesis de los otros grupos del fitoplancton, que poco a poco disminuyen en número, con ellos también merman los organismos herbívoros que los consumen, y los carnívoros que se comen a los herbívoros.

Se inicia la descomposición

Todos los organismos que cohabitan dentro de la marea roja, respiran oxígeno, como hay un aumento significativo de una de las poblaciones, este vital elemento comienza a agotarse y se produce una hipo-xia, es decir, una falta de oxígeno y sobreviene la muerte de muchos individuos, al mismo tiempo las algas, los herbívoros y los carnívoros muertos comienzan a descomponerse por acción de las bacterias degradadoras, esto ocasiona una disminución aún mayor de la concentración de oxígeno, elemento que se requiere durante los procesos químicos de oxido-reducción; como consecuencia, al haber menos oxígeno, las condiciones comienzan a ser adversas para todos los demás individuos que conforman el plancton. En esta fase varios de los individuos que dieron lugar a la marea roja, se enquistan y se depositan en el sedimento marino, durante semanas, meses o incluso años, para luego comenzar el ciclo nuevamente cuando las condiciones les son favorables; entonces los quistes se abren y las células emergen nadando para comenzar de nuevo el proceso.

Toxinas a la carta

Las algas responsables de las mareas rojas, poseen una gran cantidad de toxinas que se incorporan a los organismos que los consumen, básicamente moluscos como ostiones, almejas y mejillones.

Los moluscos que se alimentan de estas algas, eliminan las toxinas lentamente, éstas pueden durar dentro del tejido animal desde meses hasta años, sobre todo en lugares con temperaturas bajas, como Noruega y Suecia, ya que se reduce el metabolismo, es decir, los procesos de respiración y asimilación, por mencionar sólo dos.

Las personas que consumen moluscos o pescados contaminados con las toxinas provenientes de la marea roja, presentan síntomas de envenenamiento que se expresan de acuerdo con la toxina que se ingirió; así, se adquieren síndromes de tipo paralítico, diarreico o amnésico, que en algunas ocasiones pueden resultar fatales.

En el síndrome de parálisis, la toxina se absorbe desde la mucosa bucal hasta la gástrica, las primeras ma-nifestaciones se presentan desde los primeros 15 minutos hasta algunas horas. En el síndrome diarreico, este signo principal va seguido de náusea, vómito y dolor abdominal; estos padecimientos se inician entre un lapso de 30 minutos a algunas horas. En el síndrome amnésico, hay alteraciones en los procesos de equilibrio, orientación y memoria, siendo esto último un dato característico como es el olvido de situaciones recién ocurridas.

Cuando hay contacto directo, o sea, que se haya nadado en estas aguas, se presenta irritación en la piel y en las vías respiratorias altas, es decir, en la nariz y garganta.

El hombre, ¿ aliado de las mareas rojas ?

El uso de fertilizantes en la actividad agrícola y las descargas de aguas residuales son una fuente potencial de nitrógeno que llega al mar a través de los ríos que desembocan en éste; de manera natural los bosques de manglar de las lagunas costeras y estua-rios, que son ecosistemas localizados entre el límite marino y el terrestre, interceptan los nutrimentos provenientes del suelo que son arrastrados por las lluvias y los ríos; sin embargo, las pérdidas actuales de manglares ya no cumplen esta función en su tota-lidad, lo cual incrementa las concentraciones de nitrógeno en el mar; ocasionando un efecto potencial en el desencadenamiento de las mareas rojas.

El desierto del Sahara:precursor de mareas rojas

En agosto de 2001, la NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration) subsidió parcialmente un estudio que reveló una sorprendente conexión entre las mareas rojas del Golfo de México y las gigantescas nubes de polvo originadas en el desierto del Sahara en África, que atraviesan el océano Atlántico.

Las tormentas de polvo del desierto levantan capas de finas partículas presentes en el suelo árido; estas nubes viajan con las corrientes de viento y fertilizan con hierro las aguas cercanas a la costa oeste de Florida; ciertas cianobacterias, emplean este hie-rro para intensificar la acción de la nitrogenasa, enzima que se utiliza en la fijación del nitrógeno durante la fotosíntesis, es decir, se prepara el escenario para las algas tóxicas que provocan las mareas rojas.

En el caso particular de este estudio, el incremento de nitrógeno asimilable en el agua fue 300 por ciento mayor con respecto de las cantidades que normalmente existen en el mar y el tamaño que alcanzó la marea roja fue de 8,100 millas cuadradas.

El cobro de la facturallegará tarde o temprano

La proliferación de algas tóxicas repercute de manera importante en la economía al impedir la pesca, reducir la venta de mariscos, afectar la acuicultura y disminuir el turismo.

Por ello resulta imprescindible conocer más sobre este fenómeno de la naturaleza. Hasta el momento no se ha podido predecir y mucho menos evitar la aparición de esas mareas, por lo que hasta nuevas investigaciones tendremos que tener cuidado en no toparnos con ellas.

Lejos de estar en la misma situación en la que se encontraban los egipcios y los judíos; se ha comprobado que las mareas rojas no son una maldición divina; por lo que si la situación es segura, deguste unos exquisitos mariscos acompañados de una cerveza bien fría, después de haberse dado un buen chapuzón en las olas.

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