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Yoga fortalece el cerebro

Muchos estudios que analizan los efectos cerebrales del ejercicio aeróbico han demostrado un aumento similar en el tamaño del hipocampo con el tiempo

Teorema Ambiental/Redacción

Ciudad de México, 18 de diciembre de 2019.— Es un hecho científico que el ejercicio aeróbico fortalece el cerebro y contribuye al crecimiento de nuevas neuronas, pero un estudio más detallado ha confirmado que el yoga mejora muchas de las mismas estructuras y funciones cerebrales.

La revista Brain Plasricity presentó un compendio de 11 estudios sobre la relación entre la práctica del yoga y la salud del cerebro. En cinco de ellos participaron personas sin antecedentes en la práctica del yoga en una o más sesiones por semana durante un periodo de 10-24 semanas, comparando la salud del cerebro al comienzo y al final de la intervención. Los otros estudios midieron las diferencias cerebrales entre las personas que practican esta disciplina regularmente y las que no.

Cada uno de los estudios analizó imágenes cerebrales, como resonancia magnética, resonancia magnética funcional o tomografía computarizada de emisión de fotón único, y los relacionaron con la práctica de Hatha yoga, que incluye movimientos corporales, meditación y ejercicios de respiración.

“Identificamos algunas regiones cerebrales que aparecen constantemente, y sorprendentemente no son muy diferentes de lo que vemos con la investigación sobre el ejercicio”, dijo Neha Gothe, profesora de kinesiología y salud comunitaria de la Universidad de Illinois, quien diseñó el estudio en colaboración con la psicóloga de la Universidad Estatal de Wayne Jessica Damoiseaux.

“Vemos aumentos en el volumen del hipocampo con la práctica del yoga”, explica Gothe. Muchos estudios que analizan los efectos cerebrales del ejercicio aeróbico han demostrado un aumento similar en el tamaño del hipocampo con el tiempo, añade.

El hipocampo está involucrado en el procesamiento de la memoria y se sabe que se reduce con la edad y “también es la estructura que primero se ve afectada en la demencia y la enfermedad de Alzheimer”, agregó.

La investigación identificó otros cambios cerebrales importantes relacionados con la práctica cotidiana de esta disciplina, por ejemplo, la amígdala, una estructura cerebral que contribuye a la regulación emocional, tiende a ser más grande en los practicantes de yoga, la corteza prefrontal, la corteza cingulada y las redes cerebrales, como la red de modo predeterminado, también tienden a ser más grandes o más eficientes en aquellos que practican yoga regularmente, señalaron.

“La corteza prefrontal, una región del cerebro justo detrás de la frente, es esencial para la planificación, la toma de decisiones, la multitarea, pensar en sus opciones y elegir la opción correcta. La red en modo predeterminado es un conjunto de regiones cerebrales involucradas en el pensamiento sobre el yo, la planificación y la memoria”, señaló Damoiseaux.

Los estudios también determinaron que los cambios cerebrales observados en las personas que practican yoga están asociados con un mejor rendimiento en las pruebas cognitivas o medidas de regulación emocional.

“El yoga no es de naturaleza aeróbica, por lo que debe haber otros mecanismos que conduzcan a estos cambios cerebrales. Hasta ahora, no tenemos la evidencia para identificar cuáles son esos mecanismos”, destacó su compañera de investigación y especuló que mejorar la regulación emocional es una clave para los efectos positivos del yoga en el cerebro. Los estudios relacionan el estrés en humanos y animales con la contracción del hipocampo y un peor rendimiento en las pruebas de memoria.

“En uno de mis estudios anteriores, estábamos analizando cómo el yoga cambia la respuesta al estrés del cortisol. Descubrimos que aquellos que habían hecho yoga durante ocho semanas tenían una respuesta atenuada del cortisol al estrés que se asociaba con un mejor rendimiento en las pruebas de toma de decisiones, cambio de tareas y atención”, finalizó.

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