Ciencia y tecnología

Micelio, la sorprendente “red neuronal” que interconecta al reino vegetal

  • Los micelios son una mágica y extraña maraña subterránea perteneciente al reino fungi, y están cambiando la forma en la que el hombre concebirá el mundo en los próximos años

Teorema Ambienta/Redacción

En la película Avatar (2009), el creador James Cameron describe un planeta ficticio en el que todo está interconectado: semillas, animales, vegetales y seres pensantes. Mediante un tejido colocado en sus cabezas, los humanoides conocidos como na’vi, se pueden conectar con el sistema nervioso de los animales que pueblan el planeta, pero también con un árbol sagrado, que les permite comunicarse con su diosa, Eywa, una especie de “Madre Naturaleza”, que conserva a todos los seres que existen o han existido en este planeta.

De hecho, la historia gira sobre como los na’vi muestran a algunos seres humanos de la belleza de su planeta y de la importancia de esta interconexión natural, mientras que defienden su planeta de la típica conducta humana de explotar los recursos disponibles hasta destruirlo todo.

Pero, ¿qué tal que esta red de interconexión fuera real y palpable en la Tierra, que el reino vegetal pudiera compartir información y nutrientes entre sus diferentes organismos, para protegerse unos a otros y también cuidar de su propio entorno, como si fueran seres pensantes?

Pues en realidad esto ocurre debajo de la tierra, entre las raíces de los árboles y se debe al micelio o simplemente, el “internet natural” de la Tierra.

¿Qué es el micelio y cómo funciona?

Un micelio es una red de hifas o filamentos que se ramifican a través del cuerpo de un hongo, con una forma parecida a las fibras del algodón, que forma una compleja telaraña que crece entre las raíces de los árboles.

Este cuerpo ayuda a la descomposición de la materia orgánica, al tiempo que regula la simbiosis en el bosque, formando una especie de carreteras subterráneas, invisibles para el ser humano, pero que es vital para la vida de los ecosistemas, tanto en tierra, como bajo el agua.

Con una configuración similar a la del cerebro y sus neuronas o el orden del internet, el micelio tiene la capacidad de crecer vertiginosamente, interconectarse y contar con una gran vitalidad que le hacen adaptarse a los terrenos más abruptos del planeta para transmitir la sabiduría de la naturaleza, que son clave para el mantenimiento del ecosistema de la tierra y del agua.

De hecho, investigadores de la Universidad de Yale, en EEUU, y de San Antonio Abad del Cusco, Perú, han identificado un hongo en el Amazonas con la habilidad de alimentarse de plástico aun en ambientes sin oxígeno y que servirían también para producir bioplásticos de origen fúngico a base de micelio mezclado con otros elementos naturales como cáscaras de semillas o virutas de madera. Su producción exige una escasa cantidad de energía comparada con la que se requiere para producir cartón o plástico.

El gran descubrimiento del siglo XXI

El micelio es una mágica y extraña maraña subterránea perteneciente al reino fungi y, de acuerdo con el científico experto en el tema, Merlín Sheldrake, está cambiando la forma en la que el hombre concebirá el mundo en los próximos años.

“La ciencia clásica concibe a los humanos como el punto desde donde se mide a toda la naturaleza. Los humanos siempre están en la cima de las clasificaciones de inteligencia, seguidos por animales que se parecen a nosotros (chimpancés, bonobos, etc.), detrás vienen otros animales ‘superiores’…”, indicó el investigador.

Y agregó: “Debido a que estos organismos [fungi] no se parecen ni se comportan exteriormente como nosotros, ni tienen cerebro, tradicionalmente se les ha asignado una posición en la parte inferior de la escala de la vida animal.”

Consulta el reporte completo de esta investigación en nuestra edición julio-agosto 2023 de Teorema Ambiental

Fotografía: pxhere.com

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