- Se trata de una inversión privada estimada en 5 mmdd, en el proyecto más importante la presente administración, con algunos aspectos ambientales que generan preocupación
Teorema Ambiental/Redacción
A finales de febrero y después de algunos jaloneos entre el gobierno de Nuevo León y el federal, la cancillería, el propio presidente Andrés Manuel López Obrador y el gobernador, Samuel García, anunciaron por todo lo alto la construcción de la fábrica de vehículos eléctricos más grande del mundo, a cargo de la marca Tesla, en el municipio de Santa Catarina.
Poco a poco comenzaron a revelarse detalles del proyecto que tiene una inversión estimada de 5 000 millones de dólares (mdd) —unos 90 000 millones de pesos—, así como un supuesto problema por el consumo de agua que requerirá la planta en una entidad azotada por la sequía severa, apenas en 2022 y la llegada de un proyecto que reafirmará la importancia de la industria automotriz mexicana, como una de las mejores del mundo, que se concretó tras 14 meses de negociaciones.
Pero ¿qué es lo que sabemos hasta este momento sobre los detalles del proyecto y sus implicaciones en temas ambientales, económicos y de infraestructura en México con la instalación de esta planta? Aquí los analizaremos:
Implicaciones económicas y de negocio de la planta de Tesla en Nuevo León
La obra está anunciada como la planta más grande de Tesla en todo el mundo, con capacidad para fabricar 1 millón de vehículos anuales y que dará empleo a entre 6000 y 10 000 trabajadores calificados. Además, se espera que esté en operación en un tiempo récord, considerando que la última gigafábrica de Tesla, en Austin, Texas, se construyó apenas en un año.
Mientras que, como fuente indirecta de empleo, se espera que el gigante de los autos eléctricos sea la base para la instalación de una fábrica de baterías de litio mexicano para alimentar estos autos, generando una nueva cadena de valor hacia los estados de Sonora y Chihuahua donde se estima que hay un importante yacimiento de este mineral o bien hacia el Bajío, donde se encuentra la industria aeroespacial más importante del mundo.
Además, se espera que en los próximos meses BMW concrete su intención de invertir 860 mdd en la fabricación de vehículos eléctricos en su planta de San Luis de Potosí y otras ensambladoras también podrían sumarse a esta nueva ola de transitar a los autos eléctricos en el mundo, considerando que en México ya existen ocho fábricas de vehículos eléctricos, entre las que figuran marcas como General Motors o Ford.
El propio Elon Musk, dueño de la empresa, anunció el proyecto ante sus inversionistas, calificándola como el “mayor anuncio del día”: “Estará en México, cerca de Monterrey. Y quiero enfatizar que continuaremos ampliando la producción en todas nuestras plantas existentes, detalló. “La planta de México será complementaria a la producción de otras partes.”
Las armadoras están buscando a México principalmente por su cercanía con Estados Unidos, pero también por la infraestructura que ya existe, así como la mano de obra calificada, para hacer esta transición a los autos eléctricos, con la posibilidad de cruzar la frontera en unas cuantas horas.
Además, la industria automotriz mexicana es beneficiada de manera importante por el T-MEC, donde los vehículos que tienen al menos un 75 por ciento de fabricación en México, está exentos de un arancel de 25 por ciento que se cobra a los automóviles provenientes de otros países. Además de que la mano de obra mexicana es sustancialmente más barata que la de Estados Unidos.
En el caso de los autos eléctricos, el gobierno de Joe Biden anunció incentivos monetarios a los estadounidenses para que hagan esta transición, como parte de sus planes para incentivar el uso de energías limpias.
El abasto de agua con la operación de la planta de Tesla
Luego que el presidente López Obrador intentó objetar la instalación de la planta en Nuevo León por la falta de agua para abastecer a la población para que fuera enviada a Hidalgo, cerca del Aeropuerto Felipe Ángeles o incluso a Tabasco donde sobra el agua, pero falta la mano de obra calificada, el gobernador García explicó que la planta requiere agua tratada y no potable, por lo que su instalación no tendría implicaciones en el abasto a la población.
Por su parte, Martha Delgado, subsecretaria de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores, explicó que además, la tecnología de Tesla “aportará soluciones al tema del manejo del agua, que no usan en ninguna otra planta del mundo para el manejo del agua”.
Además, la escasez de agua potable provocó protestas de la población hacia estas grandes industrias, aunque el gran consumidor del vital líquido en el país es el sector agropecuario, por lo que un posible descontento social, también podría ser un disuasorio de inversiones en el norte del país. De acuerdo con José Antonio Ordóñez, investigador del Tec de Monterrey, Nuevo León urge de una gran estrategia para atender la crisis hídrica, de lo contrario, el abasto de agua alcanzaría para apenas tres años más, en el peor de los escenarios.
Por lo que se requieren inversiones para mitigar y revertir la escasez hídrica en la región y la llegada de Tesla podría potenciar estas inversiones, además de convertirse en una oportunidad laboral para mejorar la calidad de vida de miles de familias en la entidad.
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Fotografía: Tesla
