Más allá del estado de la carrocería y del interior, la parte mecánica es la que define el buen o mal funcionamiento de un auto
Teorema Ambiental/Redacción
Un auto es un bien material que debe cuidarse frecuentemente para que sea una inversión y no un gasto. Más allá del estado de la carrocería y del interior, la parte mecánica es la que define el buen o mal funcionamiento de un auto, así como el consumo de gasolina o incluso que, por falta de mantenimiento, alguna parte resulte dañada y el costo de las composturas sea mucho mayor que el de realizar un chequeo normal.
La mayoría de la gente no somos expertos en mecánica automotriz, cuidar las partes mecánicas y el motor de un auto se hace difícil al no contar con los conocimientos necesarios. Por eso aquí te compartimos unos consejos útiles para evitar descomposturas importantes, que puedes ampliar en Cenedi, una plataforma de elearning que brinda cursos de oficios.
1. Observar las bujías: estos cables son indispensables para que desde el distribuidor se conduzca la electricidad en forma correcta, de esta forma se genera la chispa necesaria para producir la combustión y para que el motor se regule adecuadamente. Si alguno de los cables se ve gastado, deteriorado o pelado, es muy posible que el motor funcione disparejo o no arranque. En este caso, lo mejor es cambiar los cables dañados.
2. No acelerar ni frenar bruscamente: el desgaste del motor y de muchas otras partes del auto se incrementa cuando se frena y arranca abruptamente durante un largo periodo de tiempo. Esto afecta el motor, los frenos, la suspensión y otros elementos. Por eso, hay que tratar de realizar un manejo suave y constante. De este modo, además de cuidar el auto, se ahorra combustible.
3. Reemplazar el filtro de gasolina con más frecuencia: incluso quienes son cuidadosos y cambian el aceite y el filtro de aceite con regularidad, a veces se olvidan del filtro de gasolina. Sin embargo, con el uso y el tiempo, este filtro se tapa con impurezas que trae el combustible y la degradación del mismo tanque. Reemplazar esta pieza permite que la gasolina fluya más limpia, y la combustión sea mejor.
4. Presta atención a las luces del tablero: al comprar un auto, sea nuevo o usado, es fundamental prestar atención al manual que viene con el vehículo y especialmente al capítulo donde se explica el significado de cada una de las indicaciones y luces de la computadora de a bordo. Una falla común en muchos autos puede detectarse porque permanece encendida la luz de check engine, lo que requiere una consulta inmediata al mecánico para solucionar el problema. Igualmente importantes son las luces de la presión de aceite y la temperatura del agua.
5. Revisar las correas del motor: escuchar un sonido agudo y raro puede indicar que hay una correa desgastada o floja. Conviene revisar periódicamente las correas, ya que están fabricadas de materiales que se desgastan con cierta frecuencia y producen grietas o desgaste excesivo según el uso o el tipo de material.
6. No dejar para el final la recarga de combustible: la gasolina, por más que haya sido refinada, posee una serie de sedimentos que se asientan en el fondo del tanque. Cuando el coche trabaja con el tanque en un nivel bajo estos residuos finalmente pueden ocasionar un daño interno.
7. Revisar que no haya goteras: observa periódicamente el piso en la zona donde estacionas para descubrir posibles fugas de aceite o líquido refrigerante. Esta pérdida puede deberse a alguna manguera o acople que esté viejo o flojo, y por eso deje filtrar estos líquidos vitales para el funcionamiento del motor.
8. Vigila que el motor esté adecuadamente ventilado: el filtro de aire es el que permite la buena ventilación y por lo tanto una combustión adecuada. Para evitar que se sature de impurezas y deje de cumplir su función es fundamental limpiarlo regularmente.
9. Revisar los líquidos con regularidad: observar el recipiente de líquido refrigerante es importante para controlar que el nivel sea el adecuado. También es importante estar atento a la calidad del aceite que se utiliza así como a mantenerlo en el nivel indicado, ya que el cambio frecuente de aceite permite una buena lubricación y evita que el motor se sobrecaliente y desgaste.
Tener tu auto en las mejores condiciones posibles, evita grandes gastos por falta de mantenimiento y, el día de mañana, poder venderlo con un buen precio.
