Especialistas coinciden en que es necesario incentivar el uso de otros medios de transporte distintos al automóvil
Adriana Estrada
MÉXICO, DF.— El tranvía, el Metro y el ferrocarril se han convertido en las mejores opciones en los países europeos para resolver el problema del transporte, consideró Kevin Heanue de Transportation Consultant.
La razón es que pese a los grandes volúmenes de inversión que se requiere para desarrollarlos, especialmente el Metro y el ferrocarril, el costo-beneficio es mayor.
Durante su participación en el V Congreso Internacional de Transporte Sustentable, consideró que para impulsar otro tipo de transporte, es necesario que los usuarios encuentren beneficios económicos, por ejemplo, en bonos mensuales es atractivo ofrecerles descuentos adicionales o bonificarles el costo del boleto cuando hay retrasos en el sistema.
Kevin Heanue comentó que cuando un gobierno impulsa el uso de otros medios de transporte distintos al automóvil en las diferentes ciudades, se tiene un efecto positivo para el comercio de la ciudad.
Por su parte, Carlos Cristóbal Pinto, jefe del aérea de Estudios y Planificación del Consorcio Transportes Madrid, destacó que los incentivos que ofrece el gobierno para impulsar los sistemas de transporte públicos generan que automáticamente los habitantes de las grandes ciudades dejen de usar el automóvil.
Por ejemplo, en Madrid, el 34 por ciento de la población usa el transporte público, 34 por ciento el transporte privado y el resto se traslada caminando.
“Cuando existe un sistema de transporte eficiente las personas analizan el costo beneficio y es ahí cuando gana el ferrocarril”, comentó.
En México, coincidieron, se requiere desarrollar sistemas ferroviarios para reducir el número de vehículos en las avenidas y permitir al peatón disfrutar de una ciudad más limpia.
El Metrobús, por ejemplo, ha resultado ser una opción viable para calles como las de la ciudad de México, ya que este tipo de transporte puede trasladarse por zonas en las que difícilmente llegaría un Metro.
En España se invierte más en el desarrollo del ferrocarril que en carreteras o aeropuertos y en comparación con otros sectores supera las inversiones hechas en los sectores telefónico y eléctrico.
Fuente: Teorema Ambiental
