Teorema Ambiental/Redacción
Luego que este domingo el presidente Andrés Manuel López Obrador realizó una consulta a mano alzada durante un mitin y decidió cancelar la construcción del corredor troncal de transporte masivo de La Laguna, conocido como Metrobús, el Instituto de Recursos Mundiales México (WRI, por sus siglas en inglés) y el Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP, por sus siglas en inglés), presentaron un análisis sobre las implicaciones técnicas de revocar el proyecto.
Esto, aun cuando actualmente no se ha hecho oficial alguna decisión de retirar la inversión federal de la obra.
El proyecto de Metrobús de La Laguna conectará a los estados de Coahuila y Durango, en los municipios de: Torreón, Matamoros, Gómez Palacio y Lerdo. Está diseñado para atender diariamente entre 122 mil y 170 mil viajes de laguneses que, en promedio, representan el 40 por ciento del total de viajes diarios de la región (350 mil) (Durango 2014).
Por lo que una cancelación provocaría:
a) Retrasa la urgente inversión en movilidad sustentable y genera pérdidas de los recursos públicos y privados invertidos.
Actualmente, la situación de los municipios que conforman esta región económica y zona metropolitana es crítica en al menos tres aspectos:
1) Productividad, el municipio de Torreón ocupa el lugar 42 de 77 en este componente, de acuerdo con el Índice de Ciudades Prósperas (Hábitat 2016);
2) La equidad e inclusión social, ocupando el mismo municipio el lugar 52 de 77, y
3) La sostenibilidad ambiental ocupando de nueva cuenta el lugar 42 de 77 en este aspecto (Hábitat 2016).
En los últimos años más del 80 por ciento de la inversión federal en movilidad se ha destinado para beneficiar al automóvil privado en la zona metropolitana de La Laguna, a pesar de que un 51 por ciento los lagunenses no tienen acceso a ese modo de transporte.
El corredor sería la primera inversión en transporte masivo en La Laguna y, de acuerdo a la estructuración financiera del proyecto registrado en 2014, contempla la participación del sector público federal de 470 millones de pesos, además de una participación estatal de 893 millones y privada de 800 millones de pesos. Retirar los 470 millones federales pone en riesgo la inversión de los mil 693 millones de pesos restantes.
Además, la planeación y gestión de este proyecto lleva cinco años en marcha, tiempo durante el cual se han realizado estudios y diagnósticos técnicos para su conceptualización y diseño, estos pueden estar por el orden de los 20 millones de pesos.
b) Cancelar el proyecto anula la posibilidad de ofrecer un sistema de movilidad metropolitana.
En La Laguna la mayoría de la población (entre 15 y 70 años) labora en un municipio o estado distinto al de su residencia. Entre Matamoros y Lerdo, el 34.3 por ciento y el 31.9 por ciento de esta población, respectivamente, labora fuera de su municipio de residencia.
Mientras que en Torreón, el 48 por ciento de los habitantes trabaja en Gómez Palacio y el 45 por ciento de los gomezpalatinos laboran en Torreón, por lo que la movilidad metropolitana es vital para su desempeño económico.
c) Cancelar el proyecto desatiende la necesidad de la población lagunense de mejorar las condiciones del transporte público.
Finalmente, los habitantes de la región no tienen un sistema de transporte que los satisfaga. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental 2017, en el municipio de Torreón solo el 38 por ciento de los usuarios se siente satisfecho con el servicio, mientras que en los municipios de Matamoros, Gómez Palacio y Lerdo los porcentajes son aún más bajos, de 34, 30 y 36 por ciento, respectivamente. En estos cuatro municipios más del 50 por ciento de los usuarios de transporte público no se sienten satisfechos con el servicio brindado actualmente.
Por ello, la cancelación del proyecto implicaría que la mayoría de los habitantes de la región seguirá siendo atendida por autobuses convencionales con una edad promedio de entre 21 y 23 años, con necesidades significativas de mantenimiento y de actualización tecnológica para reducir sus altas emisiones contaminantes.
d) El sistema está diseñado para mejorar las condiciones de viaje: menores tiempos de traslado, mayor seguridad y menores emisiones.
El corredor implica la reestructuración del funcionamiento lógico y ordenado de la red de transporte público disminuyendo tiempos de traslados para los usuarios, aumentando su productividad y mejorando la calidad de vida, así como la competitividad y equidad de la región.
Los Sistemas de Autobuses Rápidos (BRT, por sus siglas en inglés) han demostrado que, cuando se planean e implementan adecuadamente, traen beneficios directos para la población y el medio ambiente.
Por ejemplo, el Metrobús de la Ciudad de México, ha reducido hasta en un 50 por ciento los tiempos de traslado, 35 por ciento los accidentes y en el caso de emisiones, más de 145 mil toneladas de dióxido de carbono (CO2) por año.
