Así como la anorexia y la bulimia, atracones pueden llevar a un estado degenerativo en lo emocional y físico
¿Quién no ha roto su récord de tiempo y cantidad a la hora de comer? Aunque suene cómico, se trata del trastorno por atracón, que consiste en la incapacidad de controlar la ingesta de comida, lo cual lleva a comportamientos impulsivos.
De acuerdo con la asociación Comedores Compulsivos Anónimos (CCA) de México, en los que padecen este trastorno es común escuchar; “La comida era mi compañía, mi alivio”, “Saqueo mi refrigerador”, “Veo que traigo disposición a la glotonería” o “Escondí toda la comida para comérmela yo”.
Incluso, para Ivonne de la Vega, coordinadora del Área de Investigación en Trastorno de la Conducta del Hospital Ángeles, quienes sufren de este comportamiento suelen cubrir carencias físicas y/o emocionales con comida, llevándose a la boca lo primero que tienen a mano.
De la Vega reconoce que “no es tan sencillo para estas personas presentarse con el psicólogo, ya que hay un sentimiento de vergüenza”. Eso les lleva a acudir a grupos donde pueden salvaguardar su identidad y conocer a personas como ellos.
