Sostenibilidad

TÜV Rheinland: Greenwashing y eco-silencio los próximos retos para exportar a Europa

  • El Greenwashing se refiere a la acción de las empresas de exagerar sus logros ambientales para parecer más respetuosas con el medioambiente de lo que son

Teorema Ambiental/Redacción

Recientemente la conversación ha girado sobre los impactos que el cambio climático está provocando en todo el mundo; por ello cada vez más países están poniendo atención sobre varias prácticas a escala nacional e internacional que pueden están retrasando el avance hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030, como son el Greenwashing y el eco-silencio.

El Greenwashing se refiere a la acción de las empresas de exagerar sus logros ambientales para parecer más respetuosas con el medioambiente de lo que son; por otro lado, el Greenhushing o eco-silencio, se presenta cuando las empresas no muestran a propósito sus objetivos y logros de acciones de sostenibilidad, aunque sean plausibles, positivos y con impactos reales, por miedo a que puedan ser considerados como Greenwashing, entonces se genera un círculo vicioso.

“Actualmente las acciones que combaten el cambio climático dependen enteramente de la voluntad de cada empresa, ya que en México y América Latina no existen normas que obliguen a las organizaciones para tener una estrategia de sustentabilidad con indicadores, así como tampoco hay multas o penalizaciones en caso de que los resultados no sean transparentes. Por ello es fundamental que las compañías asuman su responsabilidad de manera correcta e inviertan en obtener certificaciones con base en estándares internacionales; para demostrar que sus actividades y resultados han sido verificados por una empresa tercera independiente y que cumplen con los indicadores para reducir su impacto en el ambiente”, señala Danae Díaz, gerente de Servicios Ambientales y Energía en TÜV Rheinland de México.

Aunque ahora las principales consecuencias para las empresas que realizan estas prácticas son en términos reputacionales, también les pueden ocasionar pérdidas económicas debido a que ocho de cada diez consumidores mexicanos prefieren marcas que tengan prácticas sustentables y el 36 por ciento se aleja de las que no muestran prácticas en beneficio del medioambiente.

Lo anterior está por cambiar en la Comunicad Europea, ya que, en enero de 2024, la Eurocámara aprobó en general una nueva ley que pretende que el etiquetado de los productos sea más claro a partir de la prohibición de términos medioambientales genéricos como “respetuoso con el medioambiente”, “natural”, “biodegradable”, “eco”, entre otros.

“En un futuro próximo, las empresas que quieran exportar hacia la Unión Europea se van a enfrentar a un nuevo desafío, que es que solo se permitirán productos con etiquetas de sustentabilidad basadas en certificaciones oficiales emitidas por empresas terceras independientes o las autoridades, lo que provocará la necesidad de adaptar sus bienes de manera inmediata, incremento de costos y, por supuesto, comprender y cumplir con las nuevas normas establecidas. Por eso, las empresas pueden comenzar desde ahora a dejar atrás esas prácticas de Greenwashing o eco-silencio para transparentar sus objetivos, resultados y acciones”, invita la especialista.

Las organizaciones pueden iniciar por conocer sus impactos, tanto en emisiones de efecto invernadero, así como en residuos sólidos y consumos de agua; después deben realizar una estrategia de sustentabilidad con indicadores que se alcanzarán en un determinado periodo; posteriormente desarrollar indicadores y objetivos de reducción de impacto para implementar las acciones correspondientes y, por último, verificar los resultados generados mediante una empresa tercera independiente.

Ante este escenario en que México y el mundo están prestando más atención a las acciones sustentables de las organizaciones, se abre una oportunidad para aquellas empresas que todavía no hayan establecido su estrategia de sustentabilidad, así como las que quieran rectificar el camino hacia mostrar un impacto positivo medible y verificable en beneficio del medioambiente.

Fotografía: TÜV Rheinland

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