Un árbol de Navidad es una opción de desarrollo social, empleo, además de brindar sustentabilidad a zonas naturales del Valle de México
México, D.F.— Ante la llegada de las fiestas decembrinas, los centros comerciales e infinidad de locales comerciales se llenan de árboles de Navidad naturales listos para ser vendidos y adornar los hogares.
Pero, aparte de ser sólo un adorno, un árbol de Navidad es una opción de desarrollo social, empleo, además de brindar sustentabilidad a zonas naturales del Valle de México, y en comunidades de Tlalpan, Magdalena Contreras, Tláhuac y Milpa Alta, en el Distrito Federal, es reflejo del esfuerzo de varios años de comuneros que usan sus tierras para producción de estos ejemplares y con ello evitan la expansión de la mancha urbana.
Este tipo de proyectos, que cuenta con el apoyo de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), detiene a la mancha urbana, da empleo, desarrollo social y ambiental, dando buenos resultados en el Distrito Federal y en el Estado de México, particularmente en la zona del Ajusco, en Amecameca y en Valle de Bravo.
En México se consumen de un millón 800 a dos millones de árboles navideños de los cuales la producción mexicana es de 850 mil, el resto es importado, de ahí que se busque detonar este potencial con sinergias entre comunitarios y autoridades, especialmente en el Valle de México que consume el 60 por ciento del mercado de este arbolado en el país.
Sin embargo, nuestro país aún debe importar cada año de Estados Unidos y Canadá alrededor de un millón de los casi un millón 600 mil árboles de Navidad naturales que se comercializan cada temporada en nuestro país, obviamente esto representa una fuga de divisas.
