Sostenibilidad

Desarrollo económico y mitigación climática son compatibles: estudio

Este enfoque es novedoso porque los científicos no tenían forma de separar las necesidades energéticas para erradicar la pobreza del crecimiento general de la demanda de los países

Teorema Ambiental/Redacción

Ciudad de México, 2 de enero de 2020.— De acuerdo con una publicación en la revista BioScience, un grupo de unos 11 mil científicos de todo el mundo manifestaron su preocupación por la emergencia climática que enfrenta nuestro planeta y predijeron un “increíble sufrimiento humano” en caso que no se tomen medidas contundentes para revertirla.

Durante más de 30 años, han intentado estimar cuánta energía requieren las sociedades para satisfacer las necesidades básicas de todos porque los escenarios globales de estabilización climática suponen fuertes reducciones en el crecimiento de la demanda de energía, en los países en desarrollo.

Para complementar este estudio, la revista Nature Energy publicó una estimación realizada por investigadores del Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicados (IIASA) en Laxenburg, Austria. En ella analizan dichos factores para determinar si satisfacer las necesidades básicas de toda la humanidad es un impedimento para el logro del objetivo de revertir el cambio climático.

Este enfoque es novedoso porque los científicos no tenían forma de separar las necesidades energéticas para erradicar la pobreza del crecimiento general de la demanda de los países. “Sin esto, se ignoraron las grandes desigualdades y los patrones de consumo insostenibles en los países en desarrollo”, explica uno de los autores del estudio, Narasimha Rao, adscrito al Programa de Energía del IIASA, que también forma parte de la facultad de la Escuela de Estudios Forestales y Ambientales de la Universidad de Yale.

“La gente siempre se ha preocupado de que el desarrollo económico y la mitigación climática no sean compatibles, que el crecimiento requerido para sacar a miles de millones de personas de la pobreza haría imposible reducir las emisiones netas a cero, lo cual es un requisito para la estabilización climática”, explicó Rao.

Los investigadores eligieron tres países en desarrollo, Brasil, India y Sudáfrica, y para cada país preguntaron qué requisitos materiales respaldaban las necesidades humanas básicas; y cómo los recursos energéticos necesarios para satisfacer estas necesidades básicas varían en diferentes contextos (por ejemplo, clima o cultura) dentro de cada país.

Posteriormente, desarrollaron una nueva forma de derivar la demanda de energía de los servicios básicos, en lugar del crecimiento económico. Para ello, separaron la demanda de energía necesaria para la erradicación de la pobreza, de la demanda de energía de los ricos.

Los resultados muestran que las necesidades energéticas para proporcionar niveles de vida dignos a todos en los países elegidos, están muy por debajo de su consumo de energía nacional actual, y también muy por debajo del uso de energía global por persona, en promedio.

La energía para proporcionar buena salud y educación es mucho menor que la de infraestructura física, tránsito y edificios. Con estos resultados, concluyeron que sí es posible elevar la calidad de vida de las poblaciones de bajos recursos sin colapsar el planeta.

Pero también indicaron que estas necesidades energéticas pueden reducirse aún más si los países proporcionan transporte público asequible y utilizan materiales locales en la construcción de edificios.

“No esperábamos que las necesidades energéticas para una vida mínimamente decente fueran tan modestas, incluso para países como India, donde existen grandes brechas. También fue una grata sorpresa que las necesidades humanas más esenciales relacionadas con la salud, la nutrición y la educación sean baratas en términos de energía. En el camino, también encontramos que medir la pobreza en términos de estas privaciones materiales supera con creces la definición de pobreza de ingresos del Banco Mundial”, explica Rao.

La riqueza incrementa la demanda energética
Otra conclusión fue que la riqueza, más que las necesidades básicas, incrementa la demanda de energía, y que la mayor parte del crecimiento energético futuro en estos países probablemente servirá a la clase media y a los ricos, incluso si los gobiernos priorizan la erradicación de la pobreza.

Por ello, solicitaron prestar mucha atención a los estilos de vida y cómo evolucionan en los países en desarrollo.

Los investigadores enfatizan además que los países en desarrollo tienen diferentes necesidades de recursos para cumplir con los mismos objetivos de desarrollo humano.

“Erradicar la pobreza no tiene por qué obstaculizar la estabilización del clima a niveles seguros. Nuestro estudio sugiere que necesitamos medir el progreso social en términos de estas múltiples dimensiones, no solo los ingresos, y también debemos prestar atención a la distribución del crecimiento en los países en desarrollo. Esto puede indicarnos nuevas formas de mejorar el bienestar y reducir las emisiones. Los encargados de la formulación de políticas deben prestar especial atención a la inversión en transporte público, edificios ecológicos y locales, y fomentar dietas y sistemas alimentarios sostenibles”, dijo Rao.

“Los países deberían hacer un balance y aumentar la ambición en sus promesas”, concluyó.

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