Residuos

A Suecia se le acabó la basura para reciclar y ahora la importa de Noruega

Si una autoridad sueca paseara por zonas de América Latina donde abundan los montículos de basura pensaría que el dinero está botado en las calles. En Suecia, la basura es un recurso que se transforma en energía

A Noruega le resulta más rentable pagarle a Suecia para que se lleve 800 mil toneladas de residuos que procesarlos en el propio país. Y a Suecia le cae como anillo al dedo recibir el desecho para continuar generando más energía para sus habitantes.

Suecia se anticipó a otros países en la transformación de basura en energía, pues inició en la década de 1970 la expansión de las plantas de incineración. Una década más tarde fueron pioneros también en la reducción de emisiones, producto de esta incineración. Actualmente, han logrado reducir entre 90 y 99 por ciento de las emisiones, mediante técnicas especiales que benefician el medio ambiente. Y todo gracias al reciclaje.

Pero esta maravilla no es gratuita. Los suecos carecen de pereza si de reciclar se trata. Las campañas que décadas atrás inició el gobierno dieron buenos resultados, y hoy hogares y vecindarios mantienen la cultura de separar sus desperdicios como un hábito, o más aún, como un acto reflejo.

No es extraño que el área de los edificios donde los vecinos depositan su basura esté dotada de varios contenedores. Ellos no se limitan a tres categorías, sino que tienen varios recipientes más hasta donde van a parar los desperdicios que cada familia previamente separó.

En las casas separan orgánicos, metales, pilas, vidrios de color, vidrios transparentes, plástico duro, plástico blando, cartón y tetra pack, papeles, periódicos y revistas.

Y aunque ese hábito se observa en todo el país, el caso de la ciudad de Borås, con 64 mil habitantes, es notable. Sus autoridades empezaron a tomar en serio la gestión de residuos en 1995, y ahora comprueban el beneficio de ese plan.

La mayoría de hogares y establecimientos comerciales, así como la flota de 60 autobuses de transporte público se abastece de la energía generada por el aprovechamiento de residuos que llega a 99 por ciento en esa ciudad. Además, los habitantes de Borås pagan 50 por ciento menos de cuenta de luz y 20 por ciento menos en el boleto de transporte público.

En cuanto al reciclaje de desperdicios electrónicos y eléctricos, Suecia también es líder.

Cada ciudadano sueco recicla 16 kilos de este material al año; desde refrigeradores, televisores, cámaras, computadoras, etc. El destino de ese material es la manufactura de nuevos productos.

Este sistema se llama Elretur y se realiza en colaboración con los municipios, quienes han dispuesto cerca de mil puntos de colecta en todo el país.

Según cifras de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en todo el mundo se desechan 40 millones de toneladas de chatarra electrónica anualmente. Muchos de estos productos fueron manufacturados con metales como el oro, la plata o el platino y su recuperación podría generar un buen retorno económico.

El Programa Medioambiental de Naciones Unidas (UNEP, por sus siglas en inglés) calcula que en China se deja de aprovechar cuatro toneladas de oro y 28 toneladas de plata cada año.

Visto desde Google Earth se presenta como una enorme mancha marrón entre el predominante verdor de Río de Janeiro. En tierra firme, se trata del recientemente clausurado Gramacho, el relleno sanitario más grande del mundo, cuya superficie equivale a la de 130 campos de futbol juntos.

La prefectura del estado de Río de Janeiro logró finalmente en junio de este año la clausura del basurero que comenzó a operar hace 34 años. No fue una tarea fácil. Este verdadero gran foco infeccioso, ubicado irónicamente frente a la icónica Bahía de Guanabara, era la fuente de trabajo de seis mil personas dedicadas al reciclaje en las peores condiciones de salubridad.

Las montañas de basura que alcanzan los 50 metros, similar a la altura de un edificio de 16 pisos, fueron el resultado del depósito en las últimas tres décadas de casi 80 por ciento de la basura de la Ciudad Maravillosa, unas ocho mil toneladas por día.

Con el cierre de Gramacho, un programa de reinserción social ha indemnizado a los recicladores con cerca de siete mil dólares y reciben clases de distintos oficios para su subsistencia. En cuanto a la basura, su destino final es ahora la Central de Tratamiento de Residuos (CTR).

Las autoridades esperan lograr la recuperación del área en unos 15 años, pero el futuro de Gramacho será la generación de energía. Se construirá una planta de biomasa para transformar el metano propio de la descomposición de los desperdicios de este relleno en gas.

Fuente: El Comercio.Pe

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