Legislación Ambiental

Sufren descapitalización trigueros de Sonora

Sólo 18 por ciento de los productores, tanto en el sur de Sonora, México, como en Estados Unidos, podría sobrevivir de la producción de trigo. Todos ellos necesitan de subsidios cada vez mayores o de otras fuentes de ingreso. La desventaja de los agricultores mexicanos es la falta de otras opciones laborales; su única salida es la migración.

El Valle del Yaqui, otrora próspera región, punta de lanza de la tecnología agropecuaria y cuna de la “Revolución Verde”, se encuentra en una franca decadencia económica.

De acuerdo con un estudio que realizan los investigadores Rita S. Rindermann, Sergio Márquez Berber y Gustavo Almaguer Vargas del CIESTAAM de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh), en colaboración con el gobierno del estado de Sonora, una de las principales razones de la baja o nula rentabilidad de los productores de trigo, maíz, cártamo y algodón sonorense, es la competitividad negativa del sector agroalimentario mexicano comparado con el de Estados Unidos, principal socio comercial.

Este factor dañino no es nuevo –señala el estudio–, data de finales de los años setenta y estaba presente al momento de negociar el TLCAN, por lo que fue un error incluir al sector agropecuario en la liberación comercial, sobre todo porque no se han tomado medidas adecuadas por parte de los diferentes gobiernos para revertir dicha situación.

La competitividad de la producción mexicana de granos ha sido de las más afectadas, en gran medida por los grandes subsidios que reciben los agricultores y agroindustrias de los países desarrollados, especialmente los otorgados a los estadounidenses,1 que origina una sobreproducción, la cual, para poder ser abatida es exportada a precio inferiores a los costos de producción, en una práctica conocida como dumping comercial, que es realizada ampliamente por Estados Unidos. Esto reduce considerablemente los precios internacionales de granos, que son utilizados como referencia para el pago a los agricultores mexicanos.

En el año 2004, el margen de dumping en el caso del trigo fue de 39 por ciento. El maíz se vendió en promedio 16 por ciento por debajo de su costo de producción. El caso más grave es el algodón que en el año citado se exportó a un precio promedio de 41 por ciento por debajo de su costo de producción. Se prevé que el dumping se agravará en los años siguientes.

El subsidio real de las exportaciones de maíz y de trigo de Estados Unidos a México en el periodo 1994-2004, se ha estimado entre 2,852 y 2,915 millones de dólares. Estas subvenciones son superiores al monto anual total de la suma de Procampo, Alianza para el Campo y los apoyos para la comercialización, los principales programas agropecuarios.

La práctica comercial desleal del dumping, se calcula, ha causado pérdidas a los agricultores sonorenses por más de 16 mil millones de pesos, entre 1990 y 2003 en términos reales en pesos de 2003.

Los investigadores remarcan que el dumping comercial daña a los agricultores de todo el mundo, siendo las grandes compañías comercializadoras de grano y ganaderas (como Cargill, Archer Daniels Midland y Bunge) las beneficiarias de esta práctica nociva.

Otros factores que reducen la competitividad –continúa el estudio– de los productores de grano, son la fortaleza del peso mexicano frente al dólar estadounidense (en 2005 de aproximadamente 23 por ciento, de acuerdo con el Banco de México), que alienta las importaciones, y el gran aumento en el precio de los insumos necesarios para la producción agropecuaria. En contraste, los precios reales (descontando la inflación) de los granos han decrecido durante los últimos tres lustros.

Rendimientos

Los trigueros sonorenses obtienen casi el doble de rendimiento por unidad de superficie (5.9 ton/ha, ciclo 2004-2005) que nuestros socios del TLCAN (2.9 ton/ha para Estados Unidos). Pero los costos por tonelada producida son más altos en Sonora, en algunos casos casi el doble que el obtenido por los estadounidenses.

Comparados con sus contrapartes estadounidenses, los agricultores trigueros del Valle del Yaqui tienen mayores costos por tonelada producida por mayores erogaciones en: mano de obra alquilada, fertilizante, labores mecanizadas, agua de riego y pago de intereses. El costo de esta mano de obra es hasta más de 15 veces la del promedio estadounidense, y el del agua de riego –para 5 por ciento de los agricultores que la usan– resulta ser hasta cinco veces mayor para los agricultores sonorenses –que producen bajo condiciones de riego–, por lo que estos renglones son de los que más contribuyen a la disminución de la rentabilidad de los trigueros sonorenses.

Los intereses pagados por los agricultores sonorenses llegan a ser más de 25 veces mayores que el promedio de los productores estadounidenses.

Los investigadores del CIESTAAM subrayan que ninguno de los productores de trigo consultados –pequeños y grandes– en el Valle del Yaqui alcanzaría a cubrir sus costos directos o de operación si no contaran con los apoyos gubernamentales. Aun con estos subsidios, debido a los bajos precios internacionales, no generan los recursos necesarios para renovar su maquinaria o realizar otras inversiones necesarias para incrementar su competitividad. Debido a esto, el uso de maquinaria vieja hace que en varios casos sea más rentable contratar maquila que usar maquinaria propia.

Plantean que si se quiere recuperar la rentabilidad en los cultivos de trigo, maíz, cártamo y algodón sembrados en Sonora, las acciones que se deben adoptar trascienden los ámbitos local o regional, ya que se requieren medidas de política nacional y sectorial, como la reactivación económica y la defensa de los agricultores mexicanos en contra de las prácticas de comercio desleales que realizan nuestros socios comerciales del TLCAN.

También es posible mejorar la competitividad de los productores de trigo del Valle del Yaqui mediante una mejor organización y gestión administrativa, por medio de la adopción de controles administrativos de las labores y gastos realizados, su análisis y optimización.

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