Legislación Ambiental

México y la Naranja

El presente año fue el peor, desde que se tiene memoria, para el cultivo de naranja en México y los productores de Veracruz, y seguramente también de San Luis Potosí y Tamaulipas.

Esta situación tiene su origen en un subsidio que acordaron los diputados para 2003 y 2004. Pero no es el subsidio y tampoco son los legisladores, los que han causado un escenario desastroso para los naranjeros, sino es la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) y, en lo particular, Apoyos y Servicios a la Comercialización Agropecuaria (Aserca) que no organizan adecuadamente las políticas diseñadas en la Cámara de Diputados.

Para tener una idea de la grave situación en que se encuentran los productores de naranja de Veracruz y San Luis Potosí, presentamos algunos datos:

Las jugueras pagaron en marzo del presente año 220 pesos por tonelada de naranja entregada en planta. Desde luego se tiene que descontar los costos para el productor, que son en transporte 50 pesos por tonelada y en corte 150 pesos por tonelada. Aquí podemos parar nuestro cálculo que ya suma 200 pesos por tonelada y nos quedan 20 pesos para cubrir los costos de: fertilización, poda, replanta de árboles muertos, mano de obra y, para no olvidar, el ingreso para el productor. Sin hacer más números, queda claro que 20 pesos por tonelada no alcanzan para nada, ni para que el productor sobreviva.

La situación mejoró un poco hasta mayo de 2005, cuando el productor recibió 350 pesos. Pero es evidente que los productores, entre ellos muchos indígenas, no podrán vivir de su cultivo.

Normalmente ningún árbol mantiene la fruta hasta el mes de mayo, sino la suelta,

la deja caer, porque tiene que cuidar la nueva fruta, cosechable a partir de enero del próximo año. Así, este insignificante aumento en el precio no fue captado por los productores.

Subsidio mortal

Es aquí donde entra el subsidio de la Sagarpa. La idea fue: “Usted entrega a una juguera sus naranjas y con el papel de esa venta (factura) cobra el subsidio de 350 pesos por tonelada”. Suena bastante atractivo. El detalle fue que la Sagarpa ni en marzo ni en abril de 2005 había pagado lo de 2004. La otra opción para el productor fue vender a un “coyote” regional que pagaba 300 pesos, pero sin la remota esperanza de recibir los 350 pesos de subsidio.
Fueron los acaparadores regionales, que cuentan con facturas y que pudieron esperar a la llegada del subsidio, quienes se llenaron con el dinero en 2005.
¿Por qué los productores no se benefician del subsidio? ¿Dónde estuvieron los problemas?

Éstos son varios: los productores no cuentan con facturas, y tampoco saben que no las necesitan hasta cierto volumen que producen (basta un papel); son los acaparadores regionales quienes se benefician de las famosas reglas de operación.

El subsidio anunciado por la Sagarpa, que ni siquiera alcanzaría para 8 por ciento del volumen esperado de naranja, presionaba sobre 92 por ciento de la producción.

Antecedentes

La situación es mucho más complicada; vamos por partes y desde su inicio. Un buen inicio es el año 1989, tras una helada muy severa que afectó las plantaciones de Florida y en parte el norte de México. La pérdida de la producción por la helada causó un crecimiento explosivo de los precios de la fruta también para México, porque fue posible exportar cantidades atractivas de jugo. Confiados en que eternamente iba a haber heladas en Florida e hipnotizados por las promesas del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el gobierno mexicano y el FIRA fomentaron y financiaron a partir de los primeros años del acuerdo comercial a las jugueras, cuyo número creció de nueve en los años ochenta, a 22 en 1991 y 28 en 1993, todo para inundar al mercado estadounidense con jugo de México.

En 2003, de estas 28 plantas solamente siete trabajaron, cinco ya no existían y 16 no operaron. Y en 2004, las plantas en operación eran nueve.

Estamos hablando de dos cosas fatales: una falta de realismo sin precedente sobre las tendencias de mercado y una irresponsabilidad de usar recursos públicos.

Detalles sobre las afirmaciones:

• La citricultura mexicana creció sin planeación y con base en causas fortuitas como la devaluación del peso, desgracias ocurridas en otros países (heladas y huracanes en Florida, sequías en Brasil).

• Hoy se tiene una competencia entre mercado en fresco y jugo, y la estrategia de venta es la especulación.

• La temporada de disponibilidad de fruta es muy corta porque predomina una sola variedad y un solo portainjerto.
• La tasa anual de crecimiento de los rendimientos promedios nacionales de 1997 a 2003 fue de menos 1.7; Estados Unidos alcanzó 34 toneladas por hectárea; Brasil, 20, y México, 12, lo que aunado a los altos costos de producción de México, que casi duplican a los de Brasil, hacen que seamos un país con muy baja rentabilidad y prácticamente nada de competitividad. También se tiene la amenaza del virus de la tristeza de los cítricos. No tenemos una citricultura sostenible.

• El precio del jugo concentrado va a la baja. Los de 2003 y 2004 han sido los más bajos en los últimos 27 años.
• La industria no ha podido cubrir los cupos negociados, en parte porque en 2004 sólo había siete plantas operando.

• No hay relaciones firmes de la industria con los productores, lo que aunado a que se construyeron con dinero de la banca comercial y de desarrollo y no con capital propio, las negociaciones del TLCAN son desventajosas y enfrentan un entorno adverso, en el negocio
y en la macroeconomía, propician un panorama desalentador para las industrias citrícolas.

• El escenario a mediano plazo agrava más la panorámica de sostenibilidad de la industria. En 2008, lo más probable es que Florida no acepte la desaparición del arancel. El gobierno de Estados Unidos ya aceptó excluir el jugo de naranja de nuevas negociaciones comerciales; México va a ser socio del Mercosur, ¿va a competir con Brasil en jugo de naranja?

• México no puede resolver su problema con el pago de un subsidio a la industria, sino que necesita una estrategia integral.

¿Qué pasará en 2006?

El año 2006 será peor que 2005: Más productores abandonaron el cultivo por la pérdida que sufrieron y la producción será más baja por la sequía de este año, más productores abandonarán el cultivo y se irán al norte, o sea a Estados Unidos.

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