Legislación Ambiental

El Nexo de la Pobreza, la Salud y el Medio Ambiente (1)

IOJANESBURGUERI UÁKUNTANTSKUECHA
Nuestro planeta Tierra está interconectado, de manera multidimensional, por mercados financieros y canales comerciales en expansión; por la migración constante de manera legal o ilegal de personas y familias en busca de empleo más allá de las fronteras; por los medios satelitales de comunicación; por los problemas ambientales que se propagan por el aire y las aguas internacionales, y por las enfermedades transmisibles, el crimen y el tráfico de drogas (PNUMA).
Bertha Dimas Huacuz

I. Iojanesburgueri uákuntantskuecha
(Ecos de la Cumbre de Johannesburgo)

Nuestro planeta Tierra está interconectado, de manera multidimensional, por mercados financieros y canales comerciales en expansión; por la migración constante de manera legal o ilegal de personas y familias en busca de empleo más allá de las fronteras; por los medios satelitales de comunicación; por los problemas ambientales que se propagan por el aire y las aguas internacionales, y por las enfermedades transmisibles, el crimen y el tráfico de drogas (PNUMA). (2)

Esta interconexión es característica fundamental de los ecosistemas económicos, sociales y ambientales en los que nos desenvolvemos en los ámbitos mundial, nacional y local. Cuando se incrementa la demanda y el precio de los diamantes o las maderas finas en Nueva York o algún otro mercado, es probable que se suscite un nuevo conflicto entre tribus y comunidades vecinas en las zonas productoras de Angola o Malasia. México no está exento de participar en estos mercados ni de sufrir de estos fenómenos y dificultades.

El crecimiento económico de los países, paradójicamente, genera pobreza material y social, y degradación ambiental tanto en zonas industriales y urbanas como en el entorno rural. En este contexto, está plenamente establecido que los pobres rurales sufren más por la degradación de sus tierras y aguas, ya que la gran mayoría depende directamente, para su subsistencia, de las fuentes naturales de energía y de los recursos naturales en su totalidad (FIDA). (3)

Tengamos en cuenta que muchos de los pobres rurales están en esta condición, para empezar, como resultado de despojos y expulsiones de las mejores tierras; y subsisten ahora en zonas marginadas, terrenos erosionados de semidesierto o ladera, y, por tanto, poco aptas para la actividad agrícola.

La vulnerabilidad que padecen estas mismas familias del campo, tanto a los fenómenos económicos como a los desastres naturales, se deriva también de la descapitalización acumulada de muchos años, de la tala inmoderada y constante de los bosques y de la degradación ambiental en general. Y es así que los desastres se ensañan de manera particular con los segmentos más pobres de la población.

Por otro lado, se espera que la población del mundo (en su gran mayoría aquella de los países en desarrollo) se verá incrementada de seis a nueve mil millones de individuos en los próximos 50 años. En consecuencia, los requerimientos globales de alimentación tendrán cuando menos que duplicarse; mientras que la producción de carbono se triplicará, y los nuevos habitantes demandarán vivienda y otras infraestructuras físicas, las cuales pondrán una gran carga adicional sobre el medio ambiente, incluyendo el agua requerida para la agricultura (FAO). (4)

II. Ireteri ambákikua ka parhájpeni
(Salud Pública y Medio Ambiente)

Veamos ahora el mundo desde otra perspectiva. Una proporción considerable de las muertes y enfermedades que sufren los pobres están asociadas con factores ambientales —los cuales afectan a niños y mujeres en particular—. Y para reducir la mortalidad infantil y maternal se tienen que encontrar, primeramente, maneras para prevenir estas muertes que son derivadas de la carencia de fuentes confiables de agua, y de otros recursos de higiene y sanidad.

Aunque parezca obvio y trivial, debe mencionarse que el agua contaminada y la falta de sanidad conducen a enfermedades diarreicas e infecciones prevenibles. Desde un punto de vista económico, la falta de servicios básicos, como es la carencia de agua potable en las viviendas rurales, aumenta la carga de trabajo doméstico y limita la participación de la mujer en las actividades de desarrollo personal y comunitario.

Ojalá nos preocupara de manera seria y directa que los niños michoacanos y sus madres no tengan garantizado dormir en un lugar seco y ventilado, y a cobijarse todos los días con una sábana limpia. Estos asuntos, así de simples, fueron discutidos y convertidos en estrategias de intervención para la erradicación de la pobreza durante la Cumbre del Desarrollo Sustentable de Johannesburgo (2002).

Mencionemos también los aspectos de la contaminación ambiental y sus efectos para la salud, causados por el uso indiscriminado del plomo, pinturas y thíneres, y otras sustancias tóxicas en las artesanías de barro, madera y otros materiales. De la misma manera, la agricultura aplica y mal utiliza mezclas tóxicas de pesticidas, funguicidas y fumigantes. El nexo de la pobreza y el medio ambiente en este caso resulta igualmente dramático. Los jornaleros pobres y sus familias se preocupan primero de comer, y nunca o sólo más tarde por las condiciones en que se trabaja.
En general, se sabe que las mujeres jornaleras de las pizcas o cosechas pueden sufrir con mucha más frecuencia de dolores de cabeza, náuseas, problemas de visión y fatiga, y las mujeres embarazadas resultan más propensas a los abortos espontáneos.
¿Qué sustancias químicas se emplean para el empaque y la exportación de los productos agrícolas del estado de Michoacán? ¿Se utilizan guantes y otros elementos y equipos adecuados de protección?

¿Dónde se origina, y qué tan extenso es el problema del cáncer que padecen los niños michoacanos?

Mientras que la ciencia en general está suficientemente avanzada para determinar qué es lo que causa el cáncer y qué sustancias se sospecha pueden causarlo, es necesario contar con estudios y mapas de contaminación ambiental, e inventarios de sustancias utilizadas en el ámbito regional para, en consecuencia, poder restringir su uso; limitar su impacto sobre el medio ambiente y la población, y eliminar los carcinógenos de esta manera identificados (PNUMA).

III. Iretaeri niátakua enga jimpo kómu nitamakua k’ámandiaka
(Estrategias Comunitarias para la Eliminación de la Pobreza)

Del entendimiento del nexo “Pobreza-Salud-Medio Ambiente” pueden establecerse nuevas perspectivas y estrategias para el desarrollo. Que de ahí se definan objetivos específicos y metas claras y complementarias para reducir la extensión e intensidad de la pobreza rural y urbana; y para asegurar el acceso a la salud, la educación y la nutrición de manera universal, y proteger al mismo tiempo el medio ambiente.

Es también necesario que las acciones para promover el crecimiento de las economías locales y regionales, y para encauzar el desarrollo social y la protección ambiental, se basen en las necesidades reales en el ámbito comunitario y bajo enfoques de implementación participativa (comunidad rural, barrio o colonia de las áreas urbanas).

Ejemplo de esta nueva manera de actuar es que mientras es imprescindible que se aumenten y presupuesten debidamente las inversiones de infraestructura sanitaria y de salud ambiental en general, éstas no deben limitarse a la construcción de letrinas o pisos de cemento o a cualquier otra actividad de manera aislada. Menos aún como acciones verticales, sino involucrando a las propias comunidades y sus capacidades y recursos locales.

El punto de entrada es muy simple, siempre y cuando se aplique el principio básico de que “lo local es y debe ser manejable por los que ahí habitan”; y que se faciliten y fortalezcan los procesos de definición de prioridades y toma de decisiones al seno de las propias comunidades. Esto eliminando, de manera simultánea, la posible discrecionalidad de las entidades centrales y externas en la distribución de los recursos.

Finalmente, en correspondencia con el enfoque integral que se intenta ofrecer en estas notas, las estrategias de desarrollo y de reducción de la pobreza rural y urbana que demandan las regiones de México —particularmente aquellas con indicadores severos de pobreza y marginación como Michoacán— deberán fundamentarse de manera completa, incluyendo entre otros elementos:

(a) Diagnósticos de la extensión, intensidad y localización de la pobreza (mapas; definiciones objetivas de “línea de pobreza”, etc.) y estudios e interpretaciones de las causas y consecuencias de la pobreza estatal;

(b) Estudios detallados de los problemas epidemiológicos y de salud pública en el ámbito comunitario, y

(c) Un conocimiento claro, con bases científicas y tecnológicas, del origen, nivel y situación de la contaminación ambiental en las comunidades, zonas urbanas intermedias y ciudades principales de Michoacán.

1) Artículo publicado en la sección Página P’urhépecha del periódico La Voz de Michoacán (Morelia, 2 de marzo de 2003). De origen indígena p’urhépecha, la autora es médica, especialista en salud pública por la Universidad de Harvard, y comunera de Santa Fe de la Laguna, Michoacán, México. Es asimismo promotora del periodismo indígena bilingüe y colaboradora de Xiránhua (Nuestra Raíz): www.xiranhua.com. Recibió el Premio Nacional de Periodismo José Pagés Llergo 2004 y 2005.
2) Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
3) Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola de las Naciones Unidas.
4) Organismo de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.

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