El cambio climático es quizás una de las problemáticas más graves que enfrenta la humanidad. Ante esta situación el presidente Felipe Calderón presentó, en días pasados, la Estrategia Nacional de Cambio Climático, la cual cuenta con una gran cantidad de buenas intenciones aunadas a un nulo presupuesto.
Nancy Herrera
Las diversas acciones que se tienen que seguir para mitigar el número de emisiones contaminantes de la atmósfera —causantes de los gases efecto invernadero— son enumeradas en dicho documento. Este hecho hace que pase de ser la Estrategia Nacional de Cambio Climático a la Estrategia Nacional Copiladora de Estrategias de Cambio Climático.
Ante esta situación es viable preguntarnos ¿cuáles son las aportaciones de este nuevo documento? El titular de la Secretaría de Medio Ambiente, Juan Elvira Quesada, nos dio la respuesta: “lo nuevo es la integración de estas estrategias”.
Planes de acción como el pago por servicios ambientales, Proárbol, promoción de la educación ambiental, así como las metas acordadas en abril de 2005 por la Comisión Intersecretarial del Cambio Climático.
La conservación de áreas naturales y demás estrategias que forman parte de proyectos ambientales ya existentes son catalogadas como prioritarias para combatir el cambio climático en este documento.
De esta manera el primer mandatario no dudó en presentar una estrategia más que honre el prestigiado cuarto lugar que tiene México en el mundo en cuanto a elaboración de “proyectos” (documentos) en pro de la conservación de la naturaleza.
Sin embargo, mientras no existan lineamientos federales que incentiven los programas de protección al medio ambiente o sancionen su incumplimiento, las estrategias y documentos junto a las buenas intenciones, no irán más allá de las papeletas y la buena voluntad. Se requiere de un presupuesto para impulsar nuevos proyectos y continuar los existentes, sólo así se podrá avanzar en la lucha contra el cambio climático.
Fuente: Teorema Ambiental
