Con la participación de 50 ponentes, muchos de ellos diferentes a los anunciados, y con la ausencia de los secretarios de las dependencias involucradas (Sagarpa y Semarnat, fundamentalmente), así como de otros de sus funcionarios, quienes en el mejor de los casos enviaron a un representante, del 20 al 22 de marzo pasado se realizó en la Cámara de Diputados el II Coloquio Internacional El Desarrollo Rural de México en el Siglo XXI.
Los temas de análisis y discusión giraron en torno a la situación actual del campo en México y el mundo globalizado, las políticas comerciales de las naciones, los subsidios, problemas de comercialización y las perspectivas y opciones del desarrollo rural nacional.
Ausencia de ponentes
Ejemplos de la ausencia de los participantes anunciados fueron las mesas 2, 3 y 6, entre otras. En las mesas 2 y 3, «Experiencias comparadas» y «Nuevas tecnologías», participaron José Reyes Sánchez, rector de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh); Gonzalo Chapela y Mendoza, presidente de la Red Mexicana de Esfuerzos contra la Desertificación y Degradación de los Recursos Naturales; Rodolfo Gómez Luengo, representante de DuPont; el diputado Francisco Javier Chico Goerne Cobián, con la representación de la diputada Silvia Álvarez Bruneliere; Eduardo Quezada Romo, de Frigorizados La Huerta; Guillermo Aguirre, del Conacyt, y Eleuterio Aquiahuatl, investigador del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
De los 7 nombres citados, sólo los 3 primeros figuraban en el programa que prometía la presencia de 15 representantes del sector rural.
En la mesa 6, «Diagnóstico de los instrumentos de política de regulación, fomento agropecuario y comercialización», participaron Mario Sosa Uribe, coordinador de asesores de Aserca; Sigfrido Juárez, consultor privado en mercadotecnia; Jorge Moret, profesor de la UACh; Emilio Navarro, subdirector del Colegio de Postgraduados, y Francisco Piedragil Ayala, director ejecutivo de la Terminal de Carga de Oriente del Distrito Federal, este último el único citado en el programa que incluía a 11 miembros del sector agropecuario.
Algunas personalidades presentes
En este coloquio destacó la intervención del rector de la UACh, quien estableció 6 puntos para asegurar el desarrollo sostenido del campo mexicano: 1) Organización, para conseguir insumos y mercados; 2) Recursos de financiamiento; 3) Asistencia y capacitación profesional; 4) Adopción de tecnologías; 5) Manejo apropiado de los recursos naturales, y 6) Leyes, reglamentos y normas que regulen al sector y las relaciones comerciales nacionales e internacionales (tratados que beneficien al campo).
Reyes Sánchez indicó que en el panorama rural se observa un limitado acceso a activos productivos: tierra (sobre todo cuando es de riego) y educación, cuya carencia imposibilita la organización para buscar fuentes de financiamiento, adopción de tecnologías e influencia en la determinación de leyes y normas para el sector rural, particularmente del ejidatario.
Miguel Ángel García Paredes, director general del Consejo Nacional Agropecuario, propuso que en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) se promueva una política agropecuaria trilateral surgida de organismos internacionales o de los gobiernos involucrados, a fin de disminuir las disputas comerciales de antisubsidios, antidumping, así como el incumplimiento de las normas, y generar una producción complementaria entre los socios.
Este coloquio también fue una oportunidad para que diversos productores (frijoleros, maiceros, azucareros, cafetaleros, entre otros) expusieran sus demandas en las sesiones de preguntas y respuestas.
Conclusiones
Como parte de las conclusiones del coloquio, el diputado Éric Éber Villanueva Mukul consideró necesario diseñar y poner en marcha una estrategia integral en la que se combinen y complementen las políticas destinadas a fortalecer los procesos productivos del sector rural con las acciones de política social.
Llamó a redefinir los programas e instrumentos de política económica aplicados en el campo mexicano, pues ante la apertura total comercial para el año 2003, se vislumbran tiempos difíciles, así como conflictos sociales y no existe ninguna estrategia gubernamental al respecto.
Jaime Rodríguez López, presidente de la Comisión de Agricultura y Ganadería, propuso que la Cámara de Diputados, independientemente de fracciones partidistas, sea el centro de una mesa de trabajo permanente en donde estén el gobierno federal, empresarios, investigadores, representantes populares, organizaciones campesinas e investigadores, para lograr el desarrollo rural.
Señaló la necesidad de regular las importaciones para evitar seguir erosionando a la agricultura nacional, así como reducir el intermediarismo, evitar la corrupción y que el financiamiento deje de tener carácter asistencialista para que realmente responda al fomento de esta actividad.
