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Respiran mal las megalópolis

Los habitantes de las dos metrópolis más pobladas del mundo, Tokio y el Valle de México, comparten un problema de calidad del aire: respiran contaminantes como el ozono y las partículas suspendidas; sin embargo, Japón ha logrado un mejor control de las emisiones.

“Desde hace 40 años, las autoridades de Tokio empezaron la lucha contra la contaminación del aire, y lo hicieron en ese entonces con mayor fuerza hacia la industria. Y hace aproximadamente 25 años empezaron a aplicar los primeros programas y planes para las emisiones tóxicas de los vehículos”, destaca el presidente del Instituto Nacional de Ecología, Adrián Fernández.

Para el funcionario federal, lo anterior le permitió a Japón fijar límites de edad al parque vehicular (de hasta 10 años) y a introducir estándares muy estrictos de emisiones ambientales.

Japón es famoso porque exporta miles de vehículos de segunda mano a otros países; no permite autos viejos en sus ciudades. Japón y California, en Estados Unidos, van a la vanguardia en tecnología automotriz cada vez más limpia.

Shinji Wakamatsu, investigador del Instituto Nacional de Estudios para el ambiente de Japón, destaca que en su país la mayor parte del parque vehicular es de modelo reciente y, por el bajo costo del combustible, 99 por ciento tienen motores diesel con tecnología anticontaminante, y una parte menor, comienzan a ser vehículos híbridos (eléctricos y a gasolina).

Férnandez reconoce que mientras Japón ya controla el ozono y las particulas suspendidas, debido a que mejoraron su combustible, en México aún falta dar ese paso para la reformulación de combustibles, el cual requiere de una inversión de 2mil 500 millones de dólares.

“También hace falta que se modernice el sistema de transporte público en el Valle de México, así como alentar el uso de nuevas tecnologías como los autos híbridos. Y algo que nos sigue haciendo mucho daño es la circulación en el país de los cerca de 2 millones de vehículos ilegales llamados “chocolates”, los cuales son muy viejos y muy contaminantes”.

Japón tiene ya 10 años controlando todas las partículas suspendidas, son pioneros en el mundo en el desarrollo de filtros para partículas instaladas en el transporte pesado que quema diesel y con eso están bajando mucho la contaminación. Pero eso cuesta millones y millones de dólares.

En la capital mexicana circulan alrededor de 3.5 millones de vehículos, de los cuales 90 por ciento son unidades con motor de gasolina (de los cuales la mitad son viejos, de 1991 y anteriores) y el resto, en su mayoría camiones transportistas de carga y pasaje, de diesel. Una proporción menor se mueve con gas licuado de petróleo, gas natural comprimido y electricidad.

Con una de las tasas de motorización más altas del mundo, debido al elevado nivel de ingresos, Tokio tiene un parque vehicular de 5 millones de unidades. Para contener los efectos ambientales del parque vehicular, causante de 85 por ciento de las emisiones, en el DF y zona metropolitana se aplican los programas Hoy no Circula y verificación semestral de emisiones.

En Tokio no existe la restricción para circular ni la emergencia atmosférica, pero los autos comienzan a ser revisados en sus emisiones una vez cada 12 meses, después de tres años de nuevos.
Fuente: Reforma

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