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Afecta a la industria avícola la dependencia de material genético estadounidense

Los importadores de pollo dejaron de pagar 191,379.5 millones de pesos el año pasado al fisco, de los que cerca de 1,346 millones correspondieron a contrabando técnico, asentó Francisco Alonso Pesado, de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, al participar en el seminario La competencia económica del sector agropecuario mexicano en el ámbito de libre comercio, organizado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de esa casa de estudios.

Al hablar de la avicultura mexicana durante el Tratado de Libre Comercio, crecimiento y concentración, el académico subrayó que aunque México ocupa el cuarto lugar mundial en esa actividad, está muy distante de Estados Unidos, cuya producción es de 14 millones de toneladas anuales de pollo, y de Brasil, que el año pasado logró 7.7 millones de toneladas y se está colocando como el principal exportador mundial sin perder su autosuficiencia, mientras México no ha rebasado los 4.2 millones de toneladas.

Comentó que las principales debilidades de la industria avícola nacional son su dependencia del material genético proveniente de Estados Unidos y de las importaciones de granos forrajeros como sorgo, frijol soya; por ejemplo, de cada kilo, 400 gramos son importados.

En ese foro, el presidente de la Confederación de Porcicultores Mexicanos, Julián Aguilera Urrea, explicó que los productores prefieren exportar sus productos a Japón y no a Estados Unidos porque en este mercado «no hay muchas oportunidades para crecer», pues, además de que sólo se acepta la carne proveniente de Sonora y Michoacán —por aspectos sanitarios—, los costos de producción nacionales no son competitivos con los estadounidenses.

Además, abundó, no se puso freno a los cupos de importación que se otorgaron a la industria; en el caso del mercado interno, por cada kilogramo de pastas de pollo que se importa se desplaza igual cantidad de carne de cerdo; así, anualmente se dejan de consumir 256 mil toneladas de este cárnico. Este año, expuso, se han exportado al mercado oriental 36 mil toneladas, y a Estados Unidos sólo mil.

Respecto al tema de la producción y exportación de azúcar, Manuel Enríquez Poy, de la Cámara Nacional de las Industrias Azucarera y Alcoholera, dijo que a los productores de caña de azúcar mexicanos no deben ponerlos a competir con los productores de maíz estadounidenses, como lo hacen al referirse al asunto de la alta fructosa.

«En el ámbito mundial no hay nada que hacer, pero en Estados Unidos, si se compara con los productores del ramo, sí es posible reducir costos de producción en el campo y en fábrica.» Consideró que México sí puede regular la oferta del azúcar —para evitar los excedentes, que en esta cosecha se estiman en 800 mil toneladas— sin afectar al campo, e incentivar la producción de etanol y de otros usos para la caña de azúcar.

Fuente: La Jornada

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