Biodiversidad

Semarnat revisará el caso sobre playa Balandra en BCS

La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas de la Secretaría de Medio Ambiente dará seguimiento al exhorto del Senado de la República para revisar el caso de la playa Balandra, la más hermosa de La Paz, donde empresarios nacionales y extranjeros pretenden construir un complejo turístico, y «pronto» podría haber «buenas noticias» al respecto, dijo el director del área, Ernesto Enkerlin.

Durante una visita a La Paz con motivo de la declaratoria de las islas del golfo de California como patrimonio natural de la humanidad, por parte de la Unesco, el funcionario dijo que la obligación de esa instancia es revisar cualquier iniciativa, tanto de particulares como de autoridades gubernamentales, relativas al cuidado del medio ambiente, en especial en áreas que están sujetas a una declaratoria de protección.

En el caso de Balandra, playa que debe su nombre al mundialmente famoso «hongo de Balandra», una formación rocosa milenaria, la zona es propiedad de tres familias, entre ellas la Alemán Magnani, y se pretende construir un desarrollo turístico con hospedaje y servicios en inversiones millonarias de mexicanos y extranjeros, a pesar de que el ayuntamiento de La Paz la declaró área natural protegida en 2004.

La zona ha entrado en conflicto por el interés de los empresarios para desarrollar el sitio, de un enorme atractivo turístico, y la oposición de grupos ambientalistas, los cuales consideran a los esteros como uno de los ecosistemas más frágiles, donde se reproducen especies del Mar de Cortés. El asunto llegó hasta el Senado, donde se aprobó un exhorto para estudiar el asunto a fondo.

Por lo que se refiere al desarrollo de la isleta El Mogote, también de un gran atractivo turístico, donde se pretende construir 1,500 residencias y dos mil condominios, con inversiones del orden de los 900 millones de dólares en cinco años, el Centro Mexicano de Derecho Ambiental y el grupo Ciudadanos Preocupados por La Paz también ha advertido sobre el riesgo de que se afecte el entorno.

Fuente: La Jornada

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