Energía

Vaisala presenta 4 estrategias para optimizar la vida operativa de los transformadores de potencia

  • Los transformadores son elementos eléctricos cruciales para la distribución y el aprovechamiento doméstico de la energía eléctrica

Teorema Ambiental/Redacción

Con el creciente número de industrias, expansiones comerciales y el sector de servicios en desarrollo, la demanda de energía aumenta año tras año. Según la Agencia Internacional de Energía (AIE), la demanda mundial de energía puede experimentar un aumento de alrededor del 60 por ciento para 2030. Además, el aumento de la población se ha sumado continuamente a la demanda de energía, lo que conduce a un aumento de los proyectos de generación de energía.

Los transformadores son elementos eléctricos cruciales para la distribución y el aprovechamiento doméstico de la energía eléctrica, los cuales aumentan o disminuyen la tensión de una corriente alterna. Madjid Ouali, director para América Latina y el Caribe de Vaisala, explica que los transformadores de potencia se encuentran entre los activos más caros de una subestación y representan el 60 por ciento de la inversión total.

“Estos dispositivos son esenciales para garantizar un suministro de electricidad confiable en toda la red eléctrica, desde la generación hasta la distribución. El análisis de gases disueltos (DGA, Dissolved Gas Analysis) se ha utilizado durante décadas para evaluar el estado de los transformadores. Es el único método que puede detectar e identificar múltiples fallas internas simultáneamente durante el funcionamiento normal.”

A continuación, cuatro estrategias clave para optimizar la vida útil de los transformadores:

1.- Supervisar las tendencias de gasificación: Es fundamental mantener una estrecha vigilancia sobre las tendencias de gasificación de sus transformadores. La diferencia entre el muestreo de aceite fuera de línea y el monitoreo en línea es como comparar una película con una fotografía.

Debido a que cada transformador es diferente, los valores para cada gas de falla pueden diferir de los valores típicos en los estándares establecidos por organizaciones como IEC e IEEE sin causar ningún problema. Es importante recordar que estos valores pueden variar bastante dependiendo de múltiples variables, desde factores externos como el clima y el medioambiente hasta factores internos como la carga del transformador o fallas que emergen rápidamente.

Las tendencias de gasificación son los indicadores más importantes de la salud del transformador, y monitorearlas requiere una tecnología de medición muy estable, preferiblemente de autocalibración.

2.- Mantener seco el aceite de su transformador: La humedad disminuye la fuerza dieléctrica de su aceite de aislamiento. En pocas palabras, se trata del voltaje de ruptura y sus medios para monitorearlo y controlarlo. La humedad también acelera el envejecimiento del aislamiento de papel, lo que reduce aún más la rigidez dieléctrica.

Las temperaturas fluctúan constantemente debido a la carga del transformador y las condiciones ambientales, lo que genera un intercambio continuo de humedad entre el papel aislante y el aceite. Esto hace que sea difícil definir el tiempo de muestreo ideal para el análisis de laboratorio. El monitoreo continuo de la humedad en el aceite es la clave para mantener su transformador lo más seco posible y, por lo tanto, maximizar su vida útil operativa.

3.- Mantener el oxígeno fuera de su transformador: La detección temprana de fugas de aire ayudará a evitar problemas mayores en el futuro. El oxígeno es una causa clave de la degradación del papel aislante en un transformador y puede acortar su vida útil, por lo que es de suma importancia mantener el oxígeno afuera. Se han introducido diseños de transformadores sellados para mantener el oxígeno fuera del sistema de aislamiento. Sin embargo, si las juntas o la bolsa de goma se vuelven quebradizas con el tiempo o si se las instaló mal desde el comienzo, el aire ambiental que contiene oxígeno puede filtrarse hacia el transformador, lo cual acelera el envejecimiento del aislamiento de papel.

Pero medir el oxígeno en línea es difícil e innecesario. En primer lugar, esto se debe a que el oxígeno no es un gas de falla del transformador, lo que significa que su presencia no es un indicador confiable de una falla. Segundo, el oxígeno no se forma en el transformador, solo puede provenir del aire ambiente. En tercer lugar, el oxígeno puede consumirse en las reacciones que ocurren dentro de su transformador, lo que significa que fácilmente podría haber una fuga de aire, incluso si su sensor de oxígeno no obtiene lecturas.

Cuando detecta fugas de aire a tiempo, puede realizar un mantenimiento oportuno y prolongar la vida útil de su transformador.

4.- Optimizar su estrategia de mantenimiento: Los activos vitales de la red generalmente se protegen mediante múltiples estrategias de mantenimiento debido al impacto extremo de las averías. El mantenimiento correctivo simplemente significa dejar que los componentes funcionen hasta que fallen y luego repararlos o reemplazarlos. No es una estrategia y hace que los costos aumenten innecesariamente.

El mantenimiento preventivo, por otro lado, tiene como objetivo reducir el riesgo de averías o, lo que es aún mejor, evitar que sucedan. Métodos como el mantenimiento basado en el tiempo (reemplazo de componentes a intervalos establecidos antes del final de su vida útil) y el mantenimiento basado en la condición (inspeccionar el estado de los componentes y reemplazarlos cuando sea necesario) han sido la columna vertebral de las estrategias de mantenimiento de las empresas de servicios públicos durante décadas, y hay poco espacio para la mejora o la optimización.

Para más información consulta este enlace.

Fotografía: Vaisala

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