En la Zona Metropolitana del Valle de México, dos millones 500 mil personas sobreviven o mejoran sus ingresos con la venta de materiales de desecho, informó el Instituto Nacional de Recicladores (INARE).
«En seis mil establecimientos de la zona metropolitana, de un total de 12 mil distribuidos en el país, esas personas comercializan papel, cartón, botellas de aluminio o pedacería de metal», explicó la presidenta del INARE, María de Jesús Antunes.
Este año, el mercado de recuperación de envases de plástico PET comenzó a funcionar y con un precio por kilo de 1.50 pesos, los recolectores tienen un nuevo ingreso.
«Después de llenarlas durante varios días, a los centros de acopio llegan personas con bolsas muy grandes que apenas pesan 10 kilos y cuando reciben el dinero, comentan que ya cuentan con algo para alimentarse», citó Antunes.
En la zona urbana del Valle de México —que tiene alrededor de 20 millones de habitantes— la cuarta parte de los residuos son recuperados por las organizaciones de pepena a lo largo del servicio delegacional o por personas recolectoras, señaló la dirigente de los recicladores organizados.
«El porcentaje podría ser mayor, pero los desechos vienen contaminados, en su mayor parte por residuos orgánicos, de comida y sanitarios, materiales que van directamente a relleno sanitario y los tiraderos», anotó Antunes.
Las personas que, al margen de los servicios de recolección, se ocupan de acopiar materiales para obtener dinero cumplen una función social y ambiental.
«De la misma forma que se observan menos botellas de aluminio en calles y jardines, gradualmente dejaremos de encontrar en la basura los envases de refrescos o alimentos con plástico PET», comentó Antunes.
Durante el congreso del INARE, Antunes planteó que el reciclaje, además de ser parte de la economía formal e informal, es un fenómeno cultural.
«En las épocas en que hay mejores condiciones económicas en el país, muebles, aparatos electrónicos, enseres mayores son desechados por familias con mejores niveles de ingresos y por distintos mecanismos pasan a otras familias», mencionó Antunes.
Fuente: Reforma
